El 2 de junio se celebra el Día del bombero voluntario porque ese día de 1884 se creó la Sociedad italiana de bomberos voluntarios de La Boca, presidida por Tomas Liberti.
A raíz de un incendio ocurrido a principios de 1884 en el barrio, que pudo ser apagado como ocurría hasta entonces por la intervención solidaria de los vecinos, Tomas Liberti conjuntamente con su hijo Oreste y un grupo de compatriotas –Lázaro Paglieti, Andrés Benvenutto, José Ragoza, Ángel Descalzo, Luis Paolinelli, Santiago Ferro, Romeo Scotti y Esteban Denegri– decidieron organizarse, por lo que difundieron el siguiente manifiesto, escrito en italiano.
“Ciudadanos: una chispa podría desarrollar un voraz incendio que reduciría a cenizas nuestras humildes viviendas de madera. Tenemos necesidad de una Sociedad de Bomberos, que en los momentos de peligro salven nuestros bienes y nuestras familias. Con tal motivo los invitamos a la reunión que tendrá lugar el Domingo a las 3 de la tarde en el Ateneo Iris. El domingo entonces que nadie falte”.
Al finalizar la reunión de ese domingo 2 de Junio de 1884, fue fundada la Sociedad Italiana de Bomberos Voluntarios de La Boca, primera entidad de su tipo en el país. El primer edificio que cumpliría las funciones de cuartel se ubicó en la calle Necochea, entre Lamadrid y la Avenida Pedro de Mendoza, en cuyo frente se colocó un cartel que decía: “Volere e Potere” que en genovés significa Querer es Poder.
Si bien quienes integran los cuerpos de bomberos voluntarios precisan de otros empleos para subsistir, muchos aún se resisten a la idea de percibir un sueldo por su trabajo. Sin embargo, la mayoría de ellos coincide en que los aportes del Estado en equipos e insumos es insuficiente.
Estos cuerpos de voluntarios en la actualidad constituyen el 85% de la fuerza de bomberos de Argentina, mientras que el 15% restante lo componen bomberos provinciales y de la policía.