El 9 de noviembre de 2015, Lucas, de 20 años, discutió con el policía Ayala que estaba de consigna en un domicilio vecino. Cuando el joven creyó que el altercado había quedado atrás y se disponía a entrar a su casa, el uniformado disparó tres veces a quemarropa, indiferente a la presencia de la hija de Lucas, de apenas dos años. Los plomos en el cuerpo del joven le dejaron secuelas terribles, tanto, que aún se recupera en una silla de ruedas.
El Tribunal Oral Uno condenó al policía Ayala, que hasta ahora sigue en libertad porque la condena fue apelada, a 16 años de cárcel por el delito de “intento de homicidio agravado por el uso de arma y por su condición de funcionario policial”. El fallo fue unánime con la firma de los jueces Adrián Pérez Lance, Fernando Ramírez y Luis Salas, que rechazaron el pedido de absolución planteado por los abogados defensores.
De acuerdo al documento publicado por el Colectivo de Medios Populares *, “la historia de Lucas es también la historia de un barrio que viene sufriendo las expulsivas políticas públicas del PRO en materia habitacional. Lucas fue baleado por el policía Ayala en la puerta de su casa, un hogar de tránsito donde desde hacía más de una década vivían varias familias reubicadas de un conventillo del IVC (Instituto de Vivienda porteño).
Hacinamiento, desalojos e incendios son moneda corriente en La Boca, donde el Gobierno porteño impulsa la especulación y los negocios inmobiliarios a costa de la expulsión de los vecinos y vecinas. La historia de Lucas es también la muestra de la ineficiencia de las políticas públicas para resolver conflictos vecinales. El policía Ayala estaba de consigna en la puerta del edificio por un conflicto del que nada tenía que ver la familia de Lucas. Además, el Estado envió un uniformado que no tenía la capacitación suficiente. Ayala tenía 20 años y sólo seis meses de entrenamiento”.
Este miércoles 11 de mayo desde las 11.30 tendrá lugar la audiencia virtual convocada por la Cámara Nacional de Casación, donde se revisará la sentencia a 16 años de prisión a Ricardo Ayala.
El fallo había sido apelado por la defensa y ahora serán los jueces de la Sala II, Horacio Días, Daniel Morin y Eugenio Sarrabayrouse, quienes confirmen o modifiquen la pena. Mientras la condena no quede firme, Ayala sigue en libertad.
Carolina Vila, mamá de Lucas, expresó la urgencia de que se resuelva por fin esta situación: “Deseamos, necesitamos, pero sobre todo merecemos que el policía Ricardo Ayala, que intentó matar a mi hijo, vaya preso. Sabemos que por llevar una chapa tiene los privilegios de mil recursos y también sabemos que los va a usar, pero creo que puede hacerlo preso porque mientras él siga libre nosotros no tenemos paz”.
“Él ya violó la distancia que tiene de acercarse y para la justicia no fue suficiente. Hoy mi hijo hace más de una semana está internado guerreando con muchas complicaciones de salud y con estudios tan riesgosos que tengo que autorizar, y con una operación el mismo día que cumple años, por un cobarde que pudo tirar tiros pero que no le da para cumplir su condena, que bastante barata la sacó”.
Es urgente que la condena sea cumplida para que Lucas y su familia dejen de sufrir los daños de que su agresor continúe libre, como sucedió el año pasado cuando se lo encontraron en el barrio. Para eso es necesario que Casación ratifique la sentencia.
*FM Riachuelo / Revista Resistencias / La Retaguardia / Revoluciones / Sur Capitalino