Desde el lunes 6 de febrero en los tribunales de San Martín, un jurado popular comenzó a juzgar a Rodrigo Canstatt y Sergio Montenegro, efectivos del Comando de Patrullas de Tres de Febrero. Canstatt está acusado del homicidio agravado de Diego y, al igual que Montenegro, de la tentativa de homicidio de los otros siete amigos que el 19 de mayo de 2019 viajaban en la camioneta sin ventanas que fue baleada por los policías en Martín Coronado. Diego murió en el lugar, otro de los jóvenes tuvo que ser internado, mientras que el resto, de milagro, no recibió ningún disparo. El CELS es querellante en el juicio.
Diego Cagliero cantaba en una murga de la localidad de Martín Coronado, en Tres de Febrero e iba a ser papá, esperaba un bebé de 5 meses. El 19 de mayo del 2019 había ido al velorio y entierro de un amigo. A la vuelta pasaron por el supermercado Día de la calle Perón y 12 de octubre, en Coronado.
Algunos bajaron, otros se quedaron esperando. Los que bajaron al super, trataron de esconder algunas cosas entre la ropa. El encargado los vio por las cámaras, discutieron un poco, ellos devolvieron algunas cosas y se fueron. Sólo lograron quedarse con un chimichurri, un vodka Smirnoff, un vino San Felipe y una botella de jugo.
Los empleados del supermercado salieron a buscar a la policía para recuperar la mercadería. En el camino se encontraron un patrullero y denunciaron lo ocurrido, dándoles como seña que los chicos se movían en una camioneta Fiat Ducato, tipo furgón. Esto fue informado a través de la radio por los efectivos y así comenzó un despliegue policial desmedido que terminó con seis patrulleros que encerraron a la camioneta mientras esperaba que el semáforo cambiara a verde en la esquina de la avenida Márquez y Campo de Mayo, de Martín Coronado, a una cuadra y media de la Comisaría 5ta de Eufrasio Álvarez. Asustado, uno de los amigos de Diego, que manejaba, pegó un volantazo y avanzó pocos metros a muy baja velocidad. Esto duró apenas unos segundos. La respuesta de los efectivos fue una balacera. Entonces, Ángel detuvo la camioneta.
Dentro de la camioneta, Mauro Tedesco gritó de dolor. A su lado viajaba Diego, quien ya estaba convulsionando. Ambos habían sido alcanzados por las balas policiales. Fue recién ahí cuando los jóvenes se dieron cuenta de que los golpes que escucharon sobre los laterales de la camioneta eran disparos de arma de fuego.
Según se pudo determinar en la investigación, los policías Canstatt y Montenegro dispararon al menos 13 veces con sus armas reglamentarias en contra de la camioneta sin ventanas. Diego murió en el lugar y Mauro tuvo que ser internado. El resto, de milagro, no recibió ningún disparo
Juicio por jurados
Como los delitos que se les imputan a los efectivos policiales son considerados graves, la ley bonaerense prevé que el juicio sea por jurado popular.
El jurado popular se compone por 12 personas titulares y 6 suplentes, siempre con paridad de género, de entre 21 y 75 años, que son elegidas del padrón electoral del distrito judicial en el que se cometió el delito.
El primer paso para crear un jurado es la elección por sorteo de 48 personas que se le presentan a las partes, quienes pueden vetar a las personas elegidas por posibles conflictos de interés u otras razones. Una vez realizado ese primer filtro, a través de entrevistas, se vuelve a sortear para tener así la composición final de 12 titulares y 6 suplentes. El jurado debe permanecer anónimo durante todo el debate y sus deliberaciones son secretas.
Este procedimiento, que está vigente en la provincia desde 2014, trabaja con un mecanismo mediante el cual el juez o la jueza, como presidente del juicio, decide con qué prueba contarán los y las integrantes del Jurado a la hora de tomar una decisión, además les da instrucciones y, en caso de que haya condena, es quien fija el monto de la pena. Pero son 12 integrantes del jurado quienes determinan si hubo un delito y si las personas acusadas son culpables o no culpables.
Para que haya una condena se necesita que no menos de 10 integrantes estén de acuerdo. Sin embargo, en los casos de condena a prisión perpetua es necesario que haya unanimidad.