En noviembre pasado nació el primer huemul (Hippocamelus bisulcus) de la recientemente creada “Estación de Rehabilitación y Recría Shoonem” que funciona bajo la supervisión de la Fundación Shoonem en la Provincia del Chubut.
Hace más de 70 años que un huemul en cautiverio no nacía en Argentina. En 1936 se llevó un grupo de estos cérvidos al Jardín Zoológico de la ciudad de Buenos Aires y tuvieron crías, y en la década de 1930 se estableció una Estación Zoológica dentro Parques Nacionales, en Neuquén, donde hubo nacimientos de huemules, pero el proyecto se abandonó en 1945.
“Es macho y sigue creciendo bien, saludable y lleno de energía”, señala Werner Flueck, investigador del CONICET en el Parque Nacional “Nahuel Huapi”, que depende de la Administración de Parques Nacionales, y uno de los fundadores de la estación creada para tratar de rescatar de su extinción a los cérvidos más australes del mundo.
El huemul (Hippocamelus bisulcus) es una de las dos especies de ciervos nativos presentes exclusivamente en los bosques patagónicos de Argentina y Chile. En Argentina, originalmente se distribuía en forma continua desde Neuquén (posiblemente sur de Mendoza) hasta Santa Cruz, y desde la Cordillera hasta los pastizales subandinos del este.
Actualmente, sus poblaciones son pequeñas y se presentan en forma fragmentada y arrinconadas contra la Cordillera. Se encuentra categorizada como especie en peligro de extinción, debido principalmente a la transformación de su hábitat y a la caza mayor.
Dentro del ambiente montañoso ocupa laderas empinadas, irregulares y rocosas, que poseen una vegetación dominada por matorral bajo, con bosques dispersos y pastizales. Principalmente en invierno busca aquellas áreas más expuestas al sol, que son las primeras en despejarse de nieve. En estas laderas encuentra refugio, alimentación y protección del puma, su principal depredador natural.
La finalidad de la Estación de rehabilitación y recría, explica Flueck, es generar grupos de huemules para reintroducirlos en ambientes de alta calidad nutricional que históricamente fueron ocupados por la especie.
“Eso permitirá que aumenten su población y se expandan a zonas vecinas. Sería ideal que en el futuro se puedan reconectar subpoblaciones que hoy en día están separadas y aisladas, y puedan reproducirse. Una recuperación de este tipo conlleva la necesidad de convivencia con los humanos, particularmente porque el huemul tiene poco o nada de miedo de las personas, lo que ha causado su exterminio local por sobre cacería”, explica el investigador del CONICET.