Por el Día Internacional de la Mujer hoy hay movilizaciones, paros y actividades en distintos puntos del país, de la región y del mundo. “Orgullosamente feministas” y “Hay que ir” son las principales consignas de este año. En la Ciudad de Buenos Aires, la concentración será a partir de las 16 en la Plaza Congreso, con incertidumbre sobre el protocolo de seguridad. A las 19, en el escenario central, se hará la lectura de un documento.
Es el primer 8M para el gobierno de Javier Milei y a través de su vocero, Manuel Adorni, ya anticipó que se les descontará el día a aquellas trabajadoras del Estado nacional que hoy se plieguen al paro.
La concentración del Ni Una Menos de 2015 masificó el reclamo para terminar con la violencia hacia las mujeres en Argentina. El caso que encabezó la marcha fue el femicidio de Chiara Páez y el reclamo de Justicia se manifestó en más de 80 ciudades de Argentina. Desde entonces, las concurrencia a las manifestaciones por el 8 de marzo, cuando se conmemora el Día Internacional de la Mujer, se multiplicaron.
Al año siguiente, tras el femicidio de Lucía Pérez, se gestó el primer paro de mujeres, en octubre de 2016, que luego se trasladó al 8M, y sumaron a la discusión también otros aspectos, como las actividades que más realizan las mujeres, el trabajo doméstico y las tareas de cuidado, entre otras.
El Observatorio Lucía Pérez relevó 62 femicidios y travesticidios en todo el país en los primeros 60 días de 2024. Durante febrero, fueron 29 femicidios: uno por día.
Origen del 8 M
El día tiene su origen en la muerte de 129 trabajadoras en 1908 que luchaban por los mismos derechos que sus compañeros varones en la fábrica Cotton, Nueva York, Estados Unidos, y murieron a causa del incendio de las instalaciones provocado por su empleador.
Actualmente, la lucha continúa por la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral, como así también en el acceso a la educación en la era digital para alcanzar la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres.
A pesar de la conquista de derechos en el último tiempo, las trabajadoras siguen ganando menos que los varones por igual tarea, tienen menor acceso a puestos jerárquicos, dedican mayor tiempo que los varones a las tareas de cuidado, y siguen sufriendo femicidios y situaciones de violencia.