El Presidente estuvo en la Casa Rosada hasta un rato antes de que la multitud llegara a Plaza de Mayo para manifestar allí, a metros de su despacho, el rechazo que genera el recorte presupuestario a las universidades. Luego se trasladó a Olivos y desde allí siguió las alternativas de la histórica movilización.
Tras la marcha recurrió, como es su costumbre, a las redes sociales. Esta vez eligió Instagram para publicar la imagen de un león sosteniendo una taza con la leyenda “lágrimas de zurdo” imagen que lejos está de buscar un acercamiento con los universitarios y atender su reclamo.
“Día glorioso para el principio de revelación”, afirmó Milei, y añadió en el mismo posteo: “Quien quiera oír (ver) que oiga (vea)… Viva la Libertad Carajo”.
El ‘principio de revelación’ al que se refiere Milei está basado en una teoría que permite festejar un éxito en medio del fracaso.
El impacto de la marcha
Melisa Molina en Página 12 sostiene que “aunque cerca del Presidente no lo admitan, el Gobierno nacional sintió el golpe que significaron los miles y miles de alumnos, docentes, sindicatos y ciudadanos de a pie que colmaron las calles porteñas desde el Congreso de la Nación hasta la Plaza de Mayo -y también en decenas de ciudades del país- para defender la educación pública y pedir que Javier Milei deje de desfinanciarla. En Casa Rosada durante todo el día quisieron tapar el sol con las manos y repetían que no les importaba la marcha porque era político/partidaria. ‘El tema está resuelto porque ya se les depositó la plata. Es una marcha puramente opositora. Eran muchos porque la CGT, la CTA, el peronismo y la UCR llevaron a su gente’, argumentaban para intentar deslegitimar el reclamo de más de 800 mil manifestantes -de acuerdo al conteo de la Universidad de Buenos Aires- que rebalsaron la Plaza de Mayo con libros en las manos”.