El Presidente ratificó que rechazará el proyecto que aprobó el Senado el viernes a la madrugada para preservar el déficit cero. “El déficit cero no se negocia. En ningún momento estuvo en duda”, afirmó. La normativa prevé una ampliación de $738.595 millones en materia presupuestaria.
En el marco de un paro universitario nacional de 48 horas que inició el miércoles, se aprobó la Ley de Financiamiento Universitario en el Senado de la Nación.
Con presencia en el reclamo frente al Congreso, la Conadu Histórica y la Asociación Gremial Docente de la Universidad de Buenos Aires (AGD–UBA) reclamaban por un incremento del presupuesto para el funcionamiento de las universidades y por una recomposición salarial.
Finalmente, la Ley que llegaba con media sanción de Diputados, fue aprobada en el Senado por 57 votos a favor y 10 en contra.
La ley contempla una recomposición salarial para el personal docente y no docente desde el 1 de diciembre de 2023. La Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) estima para el ejercicio vigente “un impacto presupuestario de $738.595 millones, equivalente a 0,14% del PBI”.
Respecto a esas cifras, el vicerrector de la Universidad de Buenos Aires, Emiliano Yacobitti, consideró que esta ley “tiene un costo similar a lo que el gobierno dejó de percibir por la baja de los bienes personales”.
Y agregó: “Hay que actualizar por inflación los salarios de los profesores e investigadores que vienen sufriendo un terrible ajuste en el poder adquisitivo de su salario. En lo que va de 2024, perdieron entre el 35 y el 55 porciento.
Además de la recomposición salarial, la ley prevé una actualización del presupuesto para cubrir los gastos de funcionamiento de las universidades (al inicio del ejercicio 2024) por la variación anual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 2023.
Luego, se ajustaría bimestralmente por inflación, previo descuento de los aumentos ya otorgados en lo que va del año.
Tras la aprobación de la Ley, el gremio docente de la UBA advirtió: “En caso de que haya veto, las y los docentes iremos a una nueva marcha nacional universitaria como la del 23 de abril para terminar con los salarios de pobreza de docentes y no docentes”.