“Yo no tengo sospechas de los crímenes que cometió Palacios“, sostuvo seriamente Guillermo Montenegro durante la interpelación ante la Comisión de Seguridad de la Legislatura de la Ciudad por la designación del indagado ex comisario Jorge “Fino” Palacios como titular de la Policía Metropolitana. Recién cuando estallaron las carcajadas y los aplausos, Montenegro cayó en la cuenta que su inconsciente lo había traicionado y de la peor manera. (Walter Goobar, diario BAE 10/07/2009).
Sigmund Freud dedica un capítulo de “Introducción al Psicoanálisis” a lo que él llamó actos fallidos: equivocaciones reveladores de procesos psíquicos del Inconciente. Los lapsus de la lengua, o verbales (lapsus linguae), al estilo del cometido por el Ministro Montenegro, se encuentran entre los actos fallidos descriptos por Freud.
Unos días menos de noventa de aquel faux pas de Montenegro –quien aseguraba que Palacios no sería procesado- el juez Ariel Lijo confirmó que Palacios habría cometido crímenes y por ellos los procesará. El ex comisario habría sido parte necesaria de una conspiración orquestada por Carlos Menem para desviar la investigación sobre la denominada “pista siria” en la voladura de la mutual judía. A Palacios se lo acusa de alertar al comerciante textil Alberto Jacinto Kanoore Edul -ciudadano argentino sospechado de ser la conexión local de la pista siria- de un procedimiento que iba a realizar en su vivienda y destruir casetes con escuchas sobre teléfonos del mencionado Kanoore Edul. Palacios está acusado de ser partícipe necesario del delito de encubrimiento, autor penalmente responsable del delito de abuso de autoridad y autor del delito de violación de medios de prueba.
En el fallo de 324 páginas, el juez federal Ariel Lijo, a cargo del Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal Nº4, “procesó y embargó al ex presidente Carlos Menem, su hermano Munir Menem, al ex jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy, al ex titular de la policía Metropolitana Jorge “Fino” Palacios, al ex juez Juan José Galeano, al ex comisario Carlos Castañeda y al agente de inteligencia Juan Carlos Anchézar por obstruir la investigación del atentado a la AMIA. Estos siete personajes -que alguna vez estuvieron en la cúspide del poder-, están acusados de encubrimiento agravado, abuso de autoridad, destrucción de pruebas y falsedad ideológica reiterada” (Walter Goobar, Las siete caras del encbrimiento).
Sobre el “policía más condecorado” (Macri y Montenegro dixit) pesan otros cargos por hechos que no se están sustanciando en la causa sobre el atentado contra la AMIA en el Juzgado de Ariel Lijo. Y ayer se publicó una noticia que lo vincularía con una falsa causa armada en un Juzgado de Misiones contra Carlos Ávila (ex titular de TyC) y Sergio Burstein, de Familiares de la AMIA. (Pinchaduras insólitas)
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