En la 1ra. Parte de esta nota hicimos una introducción crítica al proyecto de los legisladores Vitali (Frente para la Victoria) y Di Filippo (ARI). En este artículo nos detendremos en la conformación del jurado de nueve miembros que deberán leer unos 29 mil artículos para otorgar un premio anual, que en su expresión menor es de 230 pesos.
Menuda tarea le espera al jurado ad-honorem que deberá leer unas 29 mil notas de 73 medios gráficos y sitios webs y escuchar 17 programas diferentes a lo largo del año para otorgar un premio por categoría calificando “el contenido editorial, el diseño, la producción, el compromiso social con la zona de influencia y la defensa de los valores democráticos de los Medios Vecinales de Comunicación Social”.
Elvio Vitali y Facundo Di Filippo censuran el accionar de los “multimedios, verdaderos oligopolios informativos” pero para conformar el jurado de nueve miembros convocan a tres “representantes del ámbito de los medios de comunicación masiva” .
¿A quiénes llamarán para que representen a “medios de comunicación masiva” y a su vez no integren algunos de los (por ellos mismos) denostados “oligopolios informativos”? Clarín, Crónica o Infobae quedarían desde luego excluidos. La Nación y Ámbito Financiero, en cambio podrían calificar. Talvez haya que encontrar un tercer miembro en el interior: El Tribuno de Salta o la Nueva Provincia de Bahía Blanca, digamos a modo de contribución a la búsqueda de un tribunal ecuánime.
La ecuanimidad será, por cierto, determinante a la hora de decidir quienes integran el jurado de nueve miembros. (los otros seis son legisladores de la Comisión de Comunicación Social de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (3) y “representantes del ámbito académico de la comunicación social”, los otros tres).
Abocados a la ardua tarea de pronunciarse acerca de qué editor de medios alternativos se lleva el premio anual de 230 pesos por su producción de unas 400 notas como mínimo en Internet (documentos que sumen 10.000 caracteres semanales durante 40 semanas), el tribunal deberá ser muy equitativo e imparcial y tener mucha cautela en sus decisiones, caso contrario se podría desatar una guerra mediática (En aras de no dramatizar, digamos que siendo pequeños medios alternativos se trataría apenas de una “guerra mini mediática”, pero nunca se sabe). Hemos calculado que los editores de sitios webs premiados con un aviso del GCBA extra cobrarían entonces unos 57 centavos adicionales por nota en caso de resultar ganadores. Aunque claro, no hay rosas sin espinas, al año siguiente no podrán presentarse.
Ni qué hablar del premio mayor asignado a los editores de revistas o periódicos barriales. El factor “ecuanimidad” aquí es decisivo porque se trata nada menos que de asignar ¡la suma anual de 940 pesos!al mejor representante de la prensa gráfica barrial.
Una advertencia a los colegas postulantes al premio: NO escriban artículos irónicos como éste y menos aun elijan la vía fácil del ex abrupto o el calificativo denigratorio: Vitali y Di Filippo serán, naturalmente, dos de los tres integrantes de la Comisión de Comunicación Social de la Legislatura —que el primero preside y de la que el otro es vicepresidente segundo— cuya tarea consistirá en leerlos y calificarlos. Por las dudas, vio.
En la entrega siguiente, veremos por qué una mezcla de ignorancia, soberbia e incompetencia resulta en un mamarracho legislativo contradictorio y mezquino.
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