Por Hugo Presman
Mauricio Macri propone un país administrado directamente por sus dueños.
Juan Carlos Blumberg repite con convicción todos los prejuicios de la clase media y alta acerca de la seguridad mientras se autodefine de centro, o más precisamente de centro izquierda.
Elisa Carrió se aleja de su partido pero continúa como candidato del mismo.
Ricardo López Murphy no sabe desde qué candidatura afrontar el fracaso.
Jorge Sobisch sueña con jugar la copa Libertadores integrando el plantel de El Porvenir.
A la izquierda bullanguera se le caen los piquetes y como siempre se imagina que la revolución es eminente.
“Todos” quieren “un país en serio”
El mismo que se entera de las condiciones de vuelos aéreos por una película que confirma otra del mismo director de hace dos años. El que tiene record en accidentes de tránsito y donde la Secretaría de Transporte, que ahora supervisará el tránsito aéreo autorizó los micros de dos pisos para traslados de larga distancia, cosa que solo sucede en nuestro país y Perú.
Donde los pilotos de aviones y los conductores de colectivos siguen sometidos a la flexibilización laboral del mercado.
La Argentina es un país devastado, donde la inseguridad en todos los aspectos, es lo más seguro.
El gobierno es una continuidad y una ruptura con la década del noventa.
En el primer año fue mucho más ruptura que continuidad. En el segundo año la continuidad, en cuanto debilitamiento de la ruptura, recuperó terreno. En el tercer año el gobierno ahoga las tareas pendientes que son las que faltan para romper con los noventa, sumergiendo todo debajo de lo conquistado en materia de derechos humanos hacia el pasado
Al mismo tiempo señala permanente enemigos a los que puede abofetear, algunos reales, otros convenientemente agrandados para encontrar en la comparación un fortalecimiento político.
SINFONÍA BLUMBERG
Blumberg toca una sola partitura: la de la seguridad. La aprendió en un curso acelerado con los peores maestros. Esos que sostienen que para acabar con los incendios hay que talar los bosques. Los que encuentran soluciones facilistas como aquella de terminar con la pobreza acabando con los pobres.
Lo grave no es Blumberg. Lo increíble es que este personaje primitivo, émulo de Mr. Gardiner, seduce a auditorios significativos. Habla con la falta de sentido común, o mejor dicho sintonizando el sentido común de importantes sectores sociales medios, fundamentalmente porteño y del gran Buenos Aires Y sus cinco marchas se realizaron en el territorio donde en primera vuelta se impone el hijo empresarial Mauricio Macri.
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La primera concentración se realizó el 1 de abril del 2004 en el Congreso y reunió una enorme multitud de ciento cincuenta mil personas, preocupada por una escalada de secuestros pero operada para agrupar fuerzas por los sectores económicos concentrados, desconcertados y preocupados por las medidas más audaces realizadas en aquellos días por el gobierno.
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La segunda fue el 22 de abril de 2004 en Tribunales en donde la concurrencia se redujo a 65.000 personas.
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La tercera fue el 26 de agosto, nuevamente al Congreso donde se juntó una cantidad de gente similar.
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La cuarta fue el 2 de junio del 2005 en Tribunales donde apenas fueron cinco mil personas.
El instrumento Blumberg y su sinfonía de una única nota parecían alejarse definitivamente.
La ineptitud del gobierno para dar un debate sobre seguridad, la permanencia de los delitos potenciados mediáticamente, ayudó a resucitar al eclipsado empresario.
Un proyecto de modificación del Código Penal iniciado en el Ministerio de Justicia fue retirado por razones electorales.
La quinta concentración el 31 de agosto reunió unas cincuenta mil personas. El manejo de la información de la asistencia proporcionada por los medios bordeó la desmesura y la irresponsabilidad. La Prensa señaló 180.000 personas, La Nación 100.000 personas, Ámbito Financiero 70.000, Clarín entre 35.000 y 40.000 personas, Página 12 entre 15.000 y 20.000 personas. El hecho insólito lo protagonizó Infobae, el diario del grupo Hadad, motor de la primera marcha, y que ahora la omitió en tapa. “Los medios” también se rasgan las vestiduras con “un país en serio”
Desde el 1 de abril del 2004 se convirtieron en ley, cuatro de los seis proyectos Blumberg: aumento de las penas por la portación y tenencia de armas que además dejó de ser excarcelable, registro de celulares, aumento de penas por homicidio secuestro y violación, restringiendo la excarcelación, acumulatoria de penas por distintos delitos que llega hasta los cincuenta años de prisión para los delincuentes reincidentes, que hubieran usado armas de fuego. Quedan pendientes la disminución de edad para la imputabilidad de menores y el juicio por jurado.
Blumberg y sus seguidores sostienen que el delito ha aumentado, lo que a contrario sensu demuestra la inoperancia de sus propuestas. Llamativamente el gobierno no ha recurrido a esta argumentación. Y no lo hizo porque la idea fue cooptarlo o por lo menos neutralizarlo al empresario. Para ello se procedió a facilitarle líneas directas, acceso ilimitado, foto del hijo en el escritorio presidencial, fondos para la Fundación, propuesta de candidaturas.
Kirchner le teme a que la oposición o alguien que él no controle, le gane la calle. Por eso cuando recibieron información que la quinta marcha sería importante, se inició el operativo amedrantamiento encabezado por D¨Elía. La idea original era espantar con la contramarcha pero no realizarla. Cuando la primera parte del operativo se constató poco exitoso se implemento efectivamente la contramarcha tratando de disimularla bajo la convocada por Pérez Esquivel. Cuando este percibió la jugada pegó el portazo. Con lo que se dio una situación de un patetismo extremo: Pérez Esquivel dejó de poner el nombre y Luis D¨Elia no pudo poner la gente. Dos mil personas reclutadas y transportadas al Obelisco son menos que la celebración de un campeonato de Deportivo Cambaceres.
La concentración contó con el apoyo de Macri, López Murphy, Patricia Bullrich, Luis Patti, Juan Aberg Cobos (abogado de Astiz) Cecilia Pando, Mariano Grondona, Bernardo Neustad, militares nostálgicos del terrorismo de estado y ciudadanos comunes asustados, muchos de ellos anclados en el recuerdo de “seguridad de los años de plomo”.
El palco fue protegido por los expulsados de la Bonaerense, conocidos como los sin gorra.
Es fácil deducir que buena parte de esa concurrencia vio con buenos ojos la represión de los setenta, la implementación del plan Martínez de Hoz como modernización, y luego disfrutó eufórica de las mieles de la convertibilidad. Arrasado el país, hoy claman por una seguridad inmolada en aquellos años en que se celebró la destrucción como progreso, el mercado como Dios, la privatización como panacea, el empate monetario como descubrimiento económico y la apertura indiscriminada como ingreso al primer mundo.
De esa manifestación y sus sostenedores podría armarse el siguiente gobierno:
Presidente: Juan Carlos Blumberg
Vicepresidente: Carlos Menem
Ministro de Economía: Ricardo López Murphy
Ministro del Interior: Mauricio Macri
Ministro de Defensa: María Cecilia Pando
Secretario de Derechos Humanos: Luis Patti
Ministro de Justicia: Roberto Durrieu.
Ministro de Educación: Antonio Baseotto
Ministro de Trabajo: Raúl Castells
Secretario de Ciencia y Técnica: Fray Aníbal Fosbery, admirador de Priebke.
Ministro de Relaciones Exteriores: Patricia Bullrich
Ministro de Salud: Mariano Grondona con la asesoría de Julio Cesar Grassi
Ministro de Obras Públicas: Jorge Sobisch
Ministerio de Acción Social: Malú Kikuchi
Vocero presidencial: Bernardo Neustad
Jefe de fiscales: Juan Aberg Cobos
Ni el más potente fotoshop podría mejorar el rostro deformado de esta expresión de los últimos treinta años de la decadencia argentina. Ni el más importante cirujano plástico sería capaz de cambiarle el aspecto al rostro de Drácula.
KIRCHNER: FOTOSHOP Y CIRUGÍAS PLÁSTICAS
El gobierno posee en su elenco un número de actores inmunes al fotoshop. Un ejemplo de muestra: Alberto Fernández, candidato en la misma lista de Elena Cruz, defensora a ultranza de Jorge Rafael Videla.
La línea general de este gobierno de alineamiento con los aires predominantes en América Latina, mejoran un rostro atravesado por las profundas arrugas que dejó en muchas de las primeras figuras actuales, su entusiasmo y participación activa en la década del noventa. Algunas medidas acertadas en materia económica, otras en política exterior, en derechos humanos, algunos aciertos en la justicia, un intento de mejorar la presencia del Estado con relación al mercado, recuperación de algunas privatizaciones, belicosidad verbal con respecto a algunos grupos concentrados, constituyen una dotación de recursos sobre el cual se monta un gigantesco fotoshop. Sobre un presente significativamente mejor en relación al pozo profundo del 2001, enmarcado en condiciones internacionales extraordinariamente favorables, se monta una cirugía plástica que transforma la percepción del presente y reconstruye el pasado.
El Presidente de la Nación autoescribe su historia en lugar de aceptar que fue un militante del montón en los setenta, que se fue de La Plata con el título de abogado apenas producido el golpe criminal. Se trasladó entonces a Santa Cruz a “hacer plata”. Que mientras fue Intendente de Río Gallegos y luego gobernador de Santa Cruz, no realizó ningún gesto significativo en relación a los desaparecidos y a los derechos humanos. Que no se conoce que haya presentado habeas corpus en los años de plomo.
Que fue activo promotor de la privatización de YPF. Que tuvo exaltados adjetivos elogiosos hacia Carlos Menem. Fue constituyente en Santa Fe, donde se ejecutó el Pacto de Olivos. Tuvo cercanía a Domingo Cavallo quien lo asesoró entre otras cosas sobre los remanidos y aún no regresados Fondos de Santa Cruz. No es precisamente una historia heroica, ni capaz de despertar admiración.
No se puede hacer fotoshop sobre este pasado. Su destino histórico se juega en lo que haga en el presente. Y mucho de lo hay que hacer para salir del infierno, el Presidente crecientemente lo omite o lo retacea en función de lo que hizo y sigue haciendo en materia de los derechos humanos del pasado.
Hay que afrontar las fundamentales tareas pendientes que son las decisivas y significativas.
No alcanza con los discursos encendidos desde escenario montados semanalmente. Los sectores concentrados de la economía están ganando como en las mejores épocas. Por eso ponen un pie en la Concentración de Blumberg y el otro lo siguen colocando en el territorio del gobierno. Tragándose algunos sapos discursivos. Aceptando que no se le ponga la alfombra roja como en épocas recientes, salvo en el caso de Repsol. Incluso que se le sermonee en público y se le infrinja algún maltrato protocolar. Pero apenas baje la tasa de ganancias, si todo sigue como hoy, pasarán efectivamente a la ofensiva. Y ahí pondrán los dos pies detrás de Blumberg o el que le resulte más funcional.
El presente tiene facetas favorables sin necesidad de fotoshop. Pero pretender aplicar el programa embellecedor sobre lo que no se hace o sobre lo que los millones de argentinos padecen, es un camino que concluye con el descubrimiento del engaño. Entonces será definitivamente tarde. Y ni la cirugía estética ni el fotoshop, como en el caso de la Sinfonía Blumberg, conseguirán convertir a la bruja en la bella durmiente.
LA ANTISINFONÍA BLUMBERG
Una solicitada firmada por familiares de víctimas entre las que figuran Laura y Gustavo Melmann padres de Natalia, Rosa y Néstor Bru ( Miguel) Dolores Demonty( Ezequiel) Raquel y Jorge Witis ( Mariano) Mónica y Delicia Britos( Osvaldo) Pablo Blanco( Lautaro) publicaron una solicitada en Pagina 12 del domingo 27 de agosto bajo el título DE SEGURIDAD HABLAMOS……cuya precisión y profundidad merecen su transcripción sin modificarle una coma.
Escribieron: “ Nosotros, Madres,Padres, Hermanos, Hermanas, Hijos e Hijas que hemos perdido a nuestros seres amados en forma violenta queremos, por este medio, contribuir al debate social sobre el tema de la inseguridad. Y hacerlo desde la terrible experiencia de haber atravesado la tragedia, pero también desde la reflexión y el sentido común. Creemos que la violencia que condiciona nuestra sociedad tiene orígenes mucho más profundos y complejos que la visión utilitaria con la que se quiere tratar en estos días.
Nosotros, que hemos vivido en carne propia el problema, sabemos que esto no se soluciona con dos o tres medidas mágicas. Nunca resulta tapar el sol con el dedo.
La violencia campea por estas tierras desde hace tiempo: la violencia de la tortura, la desaparición forzada de personas, la policía de gatillo fácil, la corrupción de bolsones del Estado, la impunidad generalizada, y la ineficiencia de los órganos encargados de aplicar la ley. Durante décadas de salvaje exclusión y corrupción, se destrozó el tejido social y se multiplicó el desamparo. En la ideología de cada uno por su cuenta, del no te metas, del sálvense quien pueda. 30 años de decadencia no se recuperan con medidas cosméticas. Esto tiene un costo: la vida de nuestros hijos.
Por ello queremos llamar a la cordura, a recordar que la policía de la mano dura llenó de cuerpos las calles y probó que no es solución, es parte del agravamiento del problema.
El conflicto es mucho más complejo ¿de que sirve aumentar las penas si las cárceles son depósitos de personas y en los hechos terminan siendo una universidad de la delincuencia y degradación humana? La solución está del lado de la educación, la recuperación y la reinserción de quienes han delinquido.
De paso, recordemos que los primeros en entrar y salir de las cárceles son los poderosos comprando voluntades para torcer el sistema, dando el ejemplo de que es posible violar la Ley impunemente. Cuando se habla de menores ¿no deberíamos empezar por preguntarnos que hacen en la calle en lugar de la escuela? ¿Y quién les vende las armas o el paco? ( Porque los niños no los fabrican)
Si queremos hablar de Seguridad, hablemos de Políticas de Estado que abarquen la educación, la salud, la igualdad de oportunidades, la asistencia a la niñez en peligro, trabajo para sus padres y vivienda para las familias. De igualdad ante la ley, acceso a la Justicia, reconstrucción de las Instituciones.
Decimos que la seguridad es una consecuencia de la justicia, la equidad, el respeto al otro y la solidaridad, no lo contrario. Es imperativo otorgar de hecho y de palabra una indiscutible jerarquía de valor supremo a la vida. Con cumplir con la Constitución alcanza. Seguridad y Derechos Humanos son sinónimos, no opuestos. Las soluciones mesiánicas no sirven.
Por eso llamamos a la búsqueda del consenso, al abordaje multidisciplinario, la tolerancia hacia el diferente, a arrojar salvavidas en lugar de atar piedras de molino al cuello, ése debe ser el camino. El que esté libre de culpa que arroje la primera piedra, pero se hará responsable del crimen subsiguiente.
Este es un camino largo y arduo, pero es el único camino que toda sociedad humana debe asegurar para todas y todos, Vale la pena, porque la próxima víctima puede ser tu hijo.”
Esta antisinfonía Blumberg la completa Luis Tibiletti, Secretario de Seguridad Interior: “La derecha ya no habla de economía y está haciendo campaña en toda América Latina con la inseguridad……La inseguridad es un problema muy grave, pero como está demostrado por toda la ciencia criminalística, está relacionada con los problemas de violencia social que generó el crecimiento de la brecha en la distribución del ingreso. Cuando no se hace referencia a esta relación, se hace un uso espurio, electoral, de la inseguridad……La inseguridad es un tema técnico en cuanto a las soluciones que se pueden discutir, pero la visión sobre la inseguridad es ideológica”
A lo que debería agregarse que no hay una sola inseguridad ni una única solución, ni un único miedo.
SINFONÍA BLUMBERG, FOTOSHOP Y CIRUGÍAS PLÁSTICAS
La sinfonía Blumberg es mala y sus ejecutantes son pésimos músicos. El gobierno reparte su recorrido entre aciertos, condiciones excepcionales, fotoshop y cirugías estéticas. Está muy lejos de ser bello, pero al lado de la máscara impresentable de la oposición hasta parece menos desfavorecido.
Y sobre este escenario un rabino, Sergio Bergman, bendice a Blumberg y a la gente reunida. Cambia la letra al himno, exalta la seguridad descontextualizada, enarbola un alegato a la impoluta propiedad privada y se autoproclama discípulo de Marshall Meyer.
Hace el papel que El Che le asignaba a Alfredo Palacios, según un testimonio de la escritora Julia Constenla. En un momento en que el guerrillero criticaba al viejo socialista, su interlocutor reaccionó hablando de la honestidad del mismo. El Che lo miró con sorna y dijo: “Es un hombre decente que con su honradez cubre la deshonestidad de los otros”