El proyecto había sido aprobado por la Legislatura porteña el jueves 29 de noviembre por 22 votos positivos contra 21 negativos.
El Laboratorio tenía asignada como funciones “el desarrollo, la elaboración, fraccionamiento, control y aseguramiento de calidad y comercialización de drogas, medicamentos, especialidades medicinales o farmacéuticas y fórmulas oficinales para la atención primaria y hospitalaria del subsector estatal, así como la capacitación de recursos humanos y la investigación y desarrollo en estos campos”.
En la argumentación del veto se consigna “… debe advertirse, que de conformidad con lo prescripto por el artículo 3° in fine, al referirse a la clase de medicamentos cuya producción se prevé desarrollar, se hace mención a medicamentos huérfanos, básicos o imprescindibles, contemplando de este modo un muy amplio espectro de drogas, lo que exigiría contar con una estructura significativa y con recursos técnicos y humanos capacitados para producir tan vasta gama de productos medicinales”.
Una de las impulsoras del proyecto, la ex diputada Beatriz Baltroc, en declaraciones al matutino Página 12, sostuvo que “la ley tenía partida asignada, ya que el proyecto pasó por la Comisión de Presupuesto y Hacienda. Por lo demás, la suma necesaria para iniciar el proyecto era de un millón de pesos: sin necesidad de recordar todas las leyes especiales, votadas en estas semanas, que le otorgan al Gobierno de la Ciudad facultades para contratar en forma directa por sumas millonarias. Aunque no estuviera en el presupuesto el jefe de Gobierno está en condiciones de asignar esa cantidad; pero tienen un arreglo con los laboratorios privados, y por eso mismo vinieron frenando el proyecto durante años”.