Créditos hipotecarios blandos, 20.000 soluciones habitacionales anuales, la aceleración del Plan de Prevención de Inundaciones, la reforma participativa del Código de Planeamiento Urbano y la descentralización del presupuesto y la gestión para que las futuras Comunas mantengan calles y veredas se destacan en un plan de gobierno que procura “una Ciudad equilibrada y equitativa”.
La actual distribución territorial de las construcciones en la Ciudad muestra una altísima concentración en unos pocos sectores. Más de la mitad de la superficie de nuevas construcciones se localiza en apenas 6 de los 48 barrios porteños (Palermo, Puerto Madero, Caballito, Flores, Villa Urquiza y Belgrano), mientras que amplias zonas, especialmente del sur, prácticamente no han recibido inversiones.
Nosotros vamos a modificar este patrón para hacer una ciudad equilibrada y equitativa. Queremos una Buenos Aires que crezca y se desarrolle, que atraiga inversiones y genere empleo, y que respete la calidad de vida de todos los vecinos. Queremos construir una ciudad integrada y plural, donde convivan múltiples identidades barriales, cada una con su tradición, su perfil y su marca distintiva. La planificación urbana participativa, y no la especulación inmobiliaria, guiará nuestro camino de desarrollo.
Créditos hipotecarios blandos
para la compra, refacción y ampliación de viviendas para los sectores medios.
En la actual gestión, el Banco Ciudad es utilizado como un instrumento para cubrir el déficit de las cuentas públicas. A partir de una gestión presupuestaria equilibrada, nosotros utilizaremos al Banco Ciudad como una herramienta para facilitar el acceso a la vivienda, a través de créditos a tasa subsidiada para la compra, refacción y ampliación de viviendas para los sectores medios. La primera vivienda y las parejas jóvenes tendrán líneas específicas, acordes a su capacidad de pago. Buenos Aires puede resolver su déficit habitacional, y puede crear las condiciones para que todos los porteños accedan a la vivienda: se necesita simplemente la voluntad política de encararlo como una prioridad impostergable.
20.000 soluciones habitacionales anuales:
Diez mil mediante la construcción de nuevas viviendas y otras diez mil mediante créditos blandos y subsidios para la autoconstrucción.
Los problemas de vivienda afectan aproximadamente a 600.000 personas, 120.000 de las cuales residen en villas de emergencia. Por ello, para resolver efectivamente esta problemática en toda la Ciudad debemos desarrollar una planificación estratégica urbana que se nutra de una fuerte participación ciudadana, que genere reglas claras para inversores y vecinos y que respete la diversidad del tejido urbano y las identidades barriales. Para alcanzar todo esto generaremos más de 20.000 soluciones habitacionales al año, construyendo 10.000 viviendas nuevas (con fondos propios y con fondos del Plan Federal de Viviendas) y otras 10.000 a partir de créditos hipotecarios blandos del Banco Ciudad, orientados principalmente hacia los jóvenes y la primera vivienda familiar. El Banco también brindará apoyo técnico y subsidio de materiales para la autoconstrucción de viviendas por autogestión colectiva. Estas son las soluciones estructurales, de fondo, que van a resolver este drama de tantos porteños.
Aceleración del Plan de Prevención de Inundaciones,
en especial las obras atrasadas de la Cuenca del Arroyo Maldonado en Palermo.
La solución de fondo al problema hidráulico pasa por la implementación efectiva e inmediata del Plan de Prevención de Inundaciones (PPI) de la Ciudad, evitando los retrasos que muestra la actual gestión (por ejemplo, las demoras para construir los canales aliviadores del Arroyo Maldonado, en Palermo). Las obras estructurales en los canales aliviadores de los arroyos Maldonado, Vega y Medrano están en la base de esa política. Entretanto, es fundamental robustecer la prevención y las mitigaciones no estructurales, incluyendo la mejora en el mantenimiento y limpieza de los sumideros y la realización de alertas tempranas.
Reforma participativa del Código de Planeamiento, limitando la construcción en las áreas con infraestructuras colapsadas y promoviendo inversiones en las áreas menos desarrolladas.
Promoveremos una reforma participativa del Código de Planeamiento Urbano, que genere un desarrollo más equitativo de la ciudad, limitando la capacidad constructiva en las áreas en que están colapsadas las infraestructuras y promoviendo inversiones en las zonas que requieren desarrollo y en las que existen equipamiento e infraestructuras disponibles. Vecinos y Comunas participarán activamente de este proceso. Con reglas claras para inversores y vecinos, Buenos Aires crecerá en función de la planificación estratégica y no de la especulación del mercado. Al analizar la densidad poblacional de la Ciudad, se observa la necesidad de estimular el desarrollo de zonas de baja densidad, especialmente del sur y el oeste (ver plano). Para ello es imprescindible mejorar la conectividad de estas áreas (lo que realizaremos con obras como la ampliación de la red de subterráneos, la resolución de pasos a nivel y el completamiento del Anillo Vial), garantizar el estricto cumplimiento del servicio de recolección de basura, y ampliar la infraestructura escolar y sanitaria. De esta manera, el sur de la Ciudad se constituirá en un nuevo polo de desarrollo, generando la inversión pública un círculo virtuoso que atraerá nuevas inversiones.
Descentralización
hacia las Comunas del presupuesto y la gestión para mantener calles y veredas
Es fundamental que el Gobierno de la Ciudad deje de ser visto como un laberinto infranqueable, una burocracia lenta e incapaz de resolver los problemas concretos de la sociedad. Por eso vamos a descentralizar al nivel comunal el presupuesto y las atribuciones para el mantenimiento de calles y veredas, de manera de brindar una respuesta ágil, eficiente y cercana a los vecinos para esta problemática. En lugar de concentrar al gobierno en un radio de pocas cuadras del Microcentro, vamos a devolver las instituciones a los barrios, cerca del vecino y de sus problemas.