ONGs y cooperativas de recuperadores afirmaron que el decreto sobre importación de residuos peligrosos que autoriza el ingreso de material reciclado, convertirá a la Argentina en “el basurero del mundo”, mientras que desde el Gobierno aseguraron que la norma “no afectará a los trabajadores” y establece “más controles de calidad”.
El decreto 591/2019, que modifica algunos artículos de las ordenanzas 181/1992 y 831/1993, mantiene la prohibición de importar residuos, excepto cuando sean “reciclados o recuperados para otros usos”.
“Aquellos residuos que pasan por operaciones adecuadas y suficientes de tratamiento (…), dejan de ser considerados como tales y son destinados a un proceso productivo e incluso comercializados como insumos, materias primas o productos, tales como los desechos de papel y cartón, la chatarra ferrosa y de aluminio, los desechos de material plástico y el cascote de vidrio”, dice el texto.
Desde la Confederación Argentina de Trabajadores Cooperativos Asociados Ltda.(CONARCOOP) rechazan la medida manifestando “preocupación ante la falta de controles y políticas públicas que permitan el desarrollo de la gestión de residuos y reciclado de nuestras empresas“.
El 27 de agosto, el presidente Mauricio Macri, firmó el decreto 591/2019, que cambia los requisitos sobre la importación de residuos en Argentina y flexibiliza los controles sobre los mismos. Este, modifica el decreto 181/1992 de la Ley de Residuos Peligrosos, que había entrado en vigencia en el gobierno de Carlos Menem, después de que se desató un escándalo nacional por la posibilidad de que ingresaran al país desechos nucleares.
Hasta ahora para poder importar residuos, se debía pedir una autorización ante la Secretaría de Ambiente (ex ministerio), que certificara las condiciones de los mismos. Con la nueva normativa firmada por Macri, se quita este control a materiales reciclables como cartón, papel y plásticos permitiendo su importación indiscriminada.
Cabe destacar que hace un año varios países de la Unión Europea y China cerraron la importación de estos residuos, debido a que entre los materiales reciclables recibían otros que no podían ser procesados.
Mientras estos países se protegen de los residuos peligrosos, en Argentina, el presidente formula un decreto que podría convertirnos en el basural del mundo.
Esta medida genera una doble preocupación. Por un lado, excluye y niega la realidad social que atraviesan más de 150.000 cartoneros que trabajan en las calles, sin acompañamiento del Estado Nacional para poder solventarse económicamente; como también desplaza a las cooperativas de reciclado y a sus asociadxs, que realizan la gestión de estos residuos, los reciclan y comercializan, fortaleciendo la producción nacional. Por el otro, la nueva disposición favorece la salida de capitales en el momento más crítico de la economía nacional de los últimos 15 años.
El presidente de CONARCOOP, Ramiro Martinez, manifestó su rechazo a la normativa expresando que “en este país hay muy pocas políticas públicas que aborden las problemáticas sobre la gestión de residuos. Aún hay muchas cosas por resolver y regular, y nos parece un despropósito que con todo ese trabajo por delante, se traigan residuos de otras naciones que incluso pueden venir mezclados con otros que acá no podemos tratar, como por ejemplo las pilas. Estamos ante un problema muy importante y por eso expresamos nuestra extrema preocupación por la seguridad ambiental de nuestro país, así como también por la exclusión de los sectores más vulnerables”.
Fuentes Telam, Prensa CONARCOOP, Barricada TV.
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