Los comedores de las escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires son uno de los espacios donde se está sintiendo el ajuste del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
Allí las políticas neoliberales de Cambiemos produjeron un recorte presupuestario que impactó directamente en la comida de los pibes y las pibas. No sólo reemplazaron ingredientes esenciales por otros de menor valor nutricional, sino que redujeron la cantidad de raciones asignadas. Es decir que menos estudiantes pudieron tener un plato de comida cada día.
El recorte presupuestario en educación de este año fue de 4.5 por ciento en términos reales en relación al 2018. Si lo comparamos con el de 2015 el recorte se eleva a un 15 por ciento. Todo esto en contexto de hambre y crisis social, donde para muchos chicos y chicas esa comida significa la única del día. El gobierno también implementó cambios en la modalidad de inscripción a las becas alimentarias que se entregan en cada escuela. Antes la inscripción era de forma presencial en cada establecimiento. Ahora se debe hacer por internet a través de una plataforma online, para luego ir a validar los datos en los Centro de Gestión y Participación comunales.
En diálogo con Barricada TV, Marcelo Pascal, integrante de la organización Familias por la Escuela Pública, informó las consecuencias de este ajuste. “El sistema de inscripción online se implementó para acceder al servicio de la beca completa o del 50 por ciento. A muchísimas familias se les complicó poder convalidar toda la información que cargaban en sistema de inscripción online”, explicó.
Las escuelas tuvieron que hacer malabares para poder asignar a cada chico su ración de comida, señaló en el mismo sentido Lucía Castiñeira, docente primaria y Delegada de Unión de Trabajadores de la Educación. “Muchas veces nos traían lo que era una ración para compartir entre dos. O no alcanzaban las milanesas, entonces andábamos repartiendo y cortando. Las raciones son muy chicas, es muy chico el plato de comida. Más teniendo en cuenta el hambre creciente que hay por el contexto económico”, detalló la docente.
El hecho de que el servicio de comedores está tercerizado empeoró la situación ya que las autoridades de las escuelas tuvieron que enfrentarse con las concesionarias, que a su vez, los remitían al gobierno de la ciudad. Por otro lado, el Pro también realizó recortes en el programa de Asistencia Alimentaria y Acción Comunitaria, del que dependen las raciones que llegan a cada estudiante. El resultado fue la reducción de 5.330.239 raciones de comida, comparando los datos del presupuesto 2018 y 2019.
Tanto desde el Frente de Todos, como desde el Frente de Izquierda, presentaron en la Legislatura proyectos de Ley para el acceso gratuito y universal a la comida en las escuelas. Marcelo Pascal reafirma la necesidad de esas leyes. “El servicio de comedor tiene que ser gratuito y universal para todos. Tiene que haber comida de calidad. Pero a su vez todos tienen que acceder a ese servicio. Para la Ciudad es una inversión mínima. En la situación que se vive hoy no se puede exigir a las familias que demuestren que son pobres para que poder darles un plato de comida”, sostuvo Pascal.