Cuarenta y cinco inspectores de la Ciudad comenzaron la detectivesca labor de encontrar pruebas incriminatorias en las bolsas de residuos que comercios y particulares sacan a la vereda fuera de horario.
La trasgresión se sanciona con multas que van desde los $50 hasta los $500 a los domicilios particulares y desde los $200 hasta los $5.000 en el caso de comercios, consorcios o industrias.
La medida, de dudosa legalidad, ha recibido un aluvión de críticas. “Si alguno me viene a huzmear (sic) la basura, lo saco a patadas en el culo y le mando una demanda por violar propiedad privada. No???” escribe un contribuyente a un foro de Internet.
“Nuestros inspectores abren las bolsas y buscan elementos de prueba, como facturas o cartas. Al acta de comprobación se adjunta esa prueba o una foto de ésta, que es remitida a la Dirección General de Faltas Especiales de la Agencia Gubernamental de Control. Después un controlador cita al infractor, al que también se le deja una faja roja de advertencia. A raíz de las sanciones, la gente se cuida más”, dijo Carlos Díaz, titular de la Dirección General de Inspección de Higiene Urbana dependiente del Ministerio de Espacio Público de la Ciudad, en declaraciones a un matutino porteño. El funcionario sostuvo que entre diciembre de 2007 -fecha de su creación- y el 31 de marzo pasado la Dirección labró 50.298 actas por faltas a la higiene urbana, de las cuales el 87% fue por sacar la basura fuera del horario establecidos de 20 a 21 hs.
Llamativamente, las multas no se aplican en las zonas donde el Gobierno de la Ciudad instaló contenedores, en los que tanto vecinos como comercios o industrias pueden depositar los residuos en cualquier horario. La pregunta que queda flotando es ¿Por qué desistieron de seguir brindando esa facilidad y castigan con multas a quienes no sacan la basura en la muy estrecha franja horaria de una hora por día?