Unidad del sistema metrobus que funciona en Ciudad de México
En la sesión del jueves pasado la Legislatura porteña aprobó por unanimidad la creación del Metrobús de Buenos Aires (MBA), el sistema conocido también por sus siglas en inglés BRT (Bus Rapid Transit). La experiencia piloto estaría en funcionamiento en agosto de 2009 sobre la Avenida Juan B. Justo.
El sistema de omnibuses articulados funciona en un centenar de países, según se desprende de algunos informes periodísticos, otros aseguran que en 150, confundiendo talvez las dársenas y carriles exclusivos que caracterizan al sistema con el tipo de vehículos que, en algunos casos es de dos pisos y no articulados o con fuelle entre dos sectores. El sistema de unidades articuladas funciona desde hace un tiempo en ciudades como Curitiba, Guayaquil, Bogotá y Ciudad de México, entre otras.
La aseveración del legislador Diego Santilli (PRO) –autor del proyecto original que luego sufrió algunas modificaciones– acerca de que no hay que incurrir en más demoras para llevarlo a la práctica a fin de que Buenos Aires retome su liderazgo en materia de transporte urbano, aunque se esté “llegando un poco tarde a este sistema, a este verdadero subterráneo sobre ruedas” merece un par de reflexiones. La primera es que los vehículos que circulan en la red de subterráneos de Buenos Aires también lo hacen sobre ruedas y la segunda es señalar el desacierto de equiparar el metrobús con el subte. Ningún transporte de superficie, sometido a las demoras de los semáforos o contratiempos debido a fenómenos naturales, embotellamientos de tránsito, etc. califican para homologarlos en la categoría.
En ese sentido sería más razonable resaltar que el proyecto metrobús es un sucedáneo muy menor ante la demora de la administración macrista en concretar sus promesas de campaña (27 km. de extensión de la red de subterráneos, luego 10 km. Y finalmente 0 km. en 2009). Pero aún así, las ventajas del sistema propuesto parecen emanar de las dársenas y los carriles de circulación exclusivos previstos para su circulación por la Ciudad y no tanto del tamaño o capacidad de los vehículos que podrán transportar 240 pasajeros.
En esta primera experiencia tendrán prioridad las líneas 166 y 62, que tienen su recorrido por la avenida Juan B. Justo, si aceptan invertir en los metrobuses, cuya administración quedará a cargo de las propias empresas. Para que el proyecto se concrete la Ciudad deberá coordinar con la Secretaría de Transporte de la Nación que, increíblemente, aún tiene jurisdicción sobre el transporte público en la Ciudad de Buenos Aires y, por lo tanto, la última palabra.