Agencia Walsh
La Corte Suprema de justicia de la Nación fue acusada de fraude por haberle pedido a la Cámara de Casación atender el reclamo de Marcela y Felipe Noble, hijos adoptivos de la dueña de Clarìn y presuntos hijos biológicos de una pareja de desaparecidos, quienes rechazan extraerse sangre para que sea cotejada con el Banco de Datos Genéticos.
El máximo tribunal de la Justicia argentina fue acusado de fraude por pedirle a la Cámara de Casación que atendiera el reclamo de Marcela y Felipe Noble, hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble, dueña del multimedia Clarín.
No es sorpresa que aquellas noticias que afectan a los grandes grupos que comercializan la información no tengan repercusión en otros medios de igual carácter. Esta vez tampoco pasó lo contrario. La noticia no tuvo prensa, salvo en medios alternativos.
Fueron pocos, en definitiva, los que contaron cómo la Corte Suprema benefició a Ernestina Herrera de Noble en la causa en la que se investiga las dos adopciones que realizó durante la dictadura militar y que tienen series sospechas de tratarse de dos casos de apropiación ilegal de menores.
Suena lógico: no es nada sencillo torear al diario más importante del país y a uno de los grupos económicos de mayor porte y capacidad de presión. Si se le añade que se trata de la firme sospecha de que los dos herederos del imperio son niños apropiados mientras sus padres se encontraban en cautiverio, el tema resulta mucho más difícil de tratar.
La noticia que nadie quiere publicar
La causa fue iniciada por la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, que preside Estela de Carlotto, hace ya varios años. En el caso de Marcela, se cree que sería hija de Roberto Lanuscou y Bárbara Miranda, mientras que Ernesto García y María del Carmen Gualdero podrían ser los padres de Felipe. Lanuscou, Miranda, García y Gualdero, continúan desaparecidos junto a otros 30.000 individuos.
El 11 de julio, la Corte resolvió que la Cámara de Casación atendiera el reclamo de Marcela y Felipe Noble, quienes rechazan extraerse sangre para que sea cotejada con el Banco de Datos Genéticos. Esta decisión retarda el trámite, que si es urgente desde su naturaleza mucho más lo es cuando la imputada -Ernestina- tiene 82 años.
La decisión de la Corte de regalarle tiempo a Ernestina de Noble tuvo una derivación asombrosa: la primera acusación de corrupción contra el tribunal desde la renovación llevada adelante por el gobierno de Néstor Kirchner.
Según publicó el sitio Prensa de Frente, “La familia Lanuscou realizó ante la propia Corte una grave denuncia en la que detalla que miembros del alto tribunal participaron de ágapes, cócteles y recibieron dádivas por parte del Grupo Clarín, por lo que debieron excusarse de intervenir en el fallo”. En la denuncia –la primera contra esta Corte- se asegura que existió “fraude” -debido a que se “desvío el proceso de su curso normal”- y “colusión” –porque sostiene que jueces de la Corte participaron de ágapes, cócteles y charlas relacionados con el Grupo Clarín, propiedad de Herrera de Noble. En particular, se señala a Enrique Petracchi, Ricardo Lorenzetti y Elena Highton de Nolasco, de quienes se detallan las visitas que realizaron a edificios pertenecientes a Clarín.
“La nueva demora y retraso en este hecho pone en peligro la realización de dicho examen y la investigación del caso, ya que el tiempo transcurrido y la edad de la imputada, Ernestina de Noble tiene 82 años, deja abierta la posibilidad de que un fallecimiento paralice para siempre el hallazgo de la verdad”, sostiene la denuncia presentada ante la Corte por el abogado y periodista Pablo Llonto, apoderado de David Lanuscou, tío de Matilde, apropiada en forma ilegal durante la dictadura y quien podría ser Marcela Noble. David Lanuscou es hermano de Roberto Lanuscou, padre de Matilde. Roberto fue desparecido y muerto junto al resto de la familia (esposa y dos hijos) el 3 de septiembre de 1976 por patotas y grupos del Ejército y la policía bonaerense. Se presume que Matilde sería la beba secuestrada ese día y podría tratarse de Marcela Noble.
La presentación realizada plantea que la Corte anule su propio fallo a través de un mecanismo casi nunca usado en la Argentina: una “acción de nulidad por sentencia fraudulenta” o “nulidad de la cosa juzgada fraudulenta”, mientras que en derecho internacional se lo denomina “nulidad irrita”. De esta manera, la Corte debería anular su fallo, nombrar conjueces en lugar de los ministros denunciados e investigar las conductas señaladas.
En declaraciones a Prensa de Frente, Pablo Llonto sostuvo: “Esto es corrupción, y estos jueces son corruptos. No hay que detenerse a ver si les dieron una bolsa de billetes del Banco Central, pero debemos aprender que hay corrupción aun cuando te dan una copa de champagne y sos funcionario y no deberías recibirla”.
La denuncia presentada por la representación legal del tío de Matilde Lanuscou, ofrece dos aspectos novedosos en la materia. El primero es que se trata de la primera vez que se denuncia con nombres y apellidos a miembros de la corte K. En segundo lugar, es la primera vez que se plantea en la Argentina que la Corte anule su propio fallo a través de un mecanismo casi sin uso. Pablo Llonto adjuntó en la denuncia recortes del diario Clarín que describen e informan la presencia de los miembros de la Corte en el edificio de la empresa. El agravante notorio es que Elena Highton de Nolasco estuvo el mismo día en que se dictó el fallo.
Con anterioridad a esta sentencia, Marcela Noble había aceptado realizarse la extracción de sangre conforme los procedimientos habituales en la Argentina (examen en el Hospital Durand y cruce de información con el banco de datos genéticos) para comprobar por vía del examen de ADN, si existe compatibilidad con la familia Lanuscou.