Por Gustavo Vera, presidente de la Cooperativa la Alameda
Como es de público conocimiento, la Alameda denunció junto al MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos) a una red de prostíbulos y centros de distribución de drogas que funcionan en las inmediaciones del Departamento Central de la Policia Federal. Realizamos una cámara oculta, una denuncia ante la Defensoria del Pueblo y otra ante el Juzgado Federal. Anoche nos movilizamos a realizar una clausura simbólica de todos esos sitios ante la casi totalidad de los medios de comunicación.
A la misma hora que comenzaba la caravana de escraches a estos sitios, en Parque Avellaneda, un centenar de dueños de talleres clandestinos, varios de ellos procesados por la justicia, llevaban adelante un feroz ataque contra la sede central de la Alameda, ubicada en Lacarra y Directorio, en la que destruyeron puertas y ventanas e incluso ingresaron al local provocando desmanes ante la mirada cómplice de la comisaria 40. Minutos después se dirigieron al local provisorio de nuestra organización, en Directorio y Mariano Acosta, pero un llamado oportuno de la Defensoría del Pueblo impidió que lo destruyeran, al instar enérgicamente a la comisaría 40 a que proteja el lugar, no obstante lo cual fue enchastrado con huevos y bolsas de basura.
Terminada la caravana de escraches a los prostíbulos, pretendimos regresar rápidamente a nuestra sede ante las noticias que nos llegaban de los vecinos de la zona, pero efectivos del Departamento Central de Policia retuvieron el micro más de una hora, mientras estaban en comunicación con la comisaría 40 y los talleristas seguían arrojando basura, piedras y huevos sobre una de nuestras sedes.
Según los testimonios de los vecinos, el ataque comenzó a las siete y veinte, exactamente a la hora que comenzaba la caravana de escraches en el barrio de Monserrat y se prolongó hasta las ocho y media, hora en que terminó la actividad. La excusa fue protestar por un presunto allanamiento judicial en un taller esclavo en el que se secuestraron máquinas y se detuvo a los explotadores.
Las sedes de la Alameda están custodiadas en teoría por el Juzgado Federal a cargo de Oyarbide, ya que desde alli salieron decenas de denuncias de testigos de identidad protegida contra tratantes, explotadores y grandes marcas. Cabe recordar además que a fines de 2005, la Alameda denunció a la comisaria 40 por cohecho en relación a los talleres clandestinos, razón por la cual Oyarbide utiliza la gendarmeria en sus allanamientos. Anoche, cuando le preguntamos al subcomisario Lopez si sabía que nuestra sede estaba bajo custodia del Juzgado Federal y por qué no habían hecho nada, respondió lacónico: «si, está bajo custodia, pero no de la comisaria 40».
No esperaron ni un día, ni una semana para darnos un mensaje mafioso. A la misma hora en que estábamos denunciando la complicidad de los azules con las redes de prostitución, destruían nuestras instalaciones. A pesar que advertimos a las autoridades del Gobierno de la Ciudad de ataques de esta naturaleza se podían desarrollar y de que advertimos al Juzgado Federal que la protección al local era nula, el mensaje mafioso se cumplió en tiempo y forma. El mensaje es muy simple: si siguen jodiendo con estas denuncias, hoy es el local ¿mañana será algún compañero?