Más de 4000 casos y 2 mil millones de dólares después —sólo en los Estados Unidos— el Papa abordó el tema de los curas abusadores en su visita al paìs del Norte. El Pontífice optó por circunscribir la cuestión a un país, en lugar de pronunciarse “urbi et orbi” desde el Vaticano.
“No es una sorpresa que el Papa haya abordado el tema del abuso sexual por sacerdotes en su primera visita a los Estados Unidos. Bastante más de 4000 sacerdotes han sido acusados de abuso a menores en USA desde 1950 y la iglesia ha pagado más de 2.000 millones de dólares, la mayor parte en los últimos seis años.
El caso en Boston de un sacerdote abusador serial y el fracaso del Cardenal Law en hacer algo al respecto ganó atención nacional e inspiró a muchas víctimas a presentarse. Seis diócesis fueron a la quiebra por las compensaciones pagadas. La iglesia católica de los Estados Unidos ha perdido muchos fieles no sólo por los abusos cometidos por sacerdotes, sino también por su incapacidad para tratar el problema y a veces por participar en encubrimientos.
Es una enorme tragedia que aun reconociendo su casi total fracaso en proteger a los niños del abuso sexual de los sacerdotes, la Iglesia Católica –debido a una profunda raíz homofóbica– aún siga manejando el asunto de una forma totalmente errónea. Generaciones de niños, padres y feligresías compasivas continuarán pagando por el error” (Benedict: Protect children from future abuse por Rev. Susan Brooks Thistlethwaite, The Washingotn Post 20/04/2008). “Está bien que el Papa Benedicto se haya reunido con algunas de las víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes … pero necesitamos saber del Papa cómo se evitarán futuros abusos”. comenta la autora en la nota aparecida hoy en el influyente periodico norteamericano.
El caso Grassi
En la Argentina el caso emblemático del cura Julio César Grassi aún no ha llegado al juicio oral a pesar de haberse iniciado en noviembre de 2002 cuando fue acusado de abuso deshonesto agravado contra un mismo adolescente y corrupción de menores en dos casos, por la jueza Mónica López Osornio, y la fiscalía que entiende en la causa haya pedido ya a fines de ese año la elevación a juicio oral.
Desde entonces fueron apareciendo otras denuncias y el cura tiene ahora once nuevos cargos en su contra por los delitos de abuso sexual agravado y corrupción de menores.
“La causa cuya instrucción acaba de cerrarse es una de las tres que pesan sobre el sacerdote que presidía la Fundación Felices los Niños. La primera —por abuso sexual de dos chicos— ya espera fecha para juicio oral y, según fuentes judiciales, podría sumársele ésta para la instancia definitiva. La restante se tramita en los tribunales de Santa Cruz”.(Otros once cargos de abuso sexual Página/12, 29/03/2008).
Pocas esperanzas
Es harto improbable que mientras Ratzinger gobierne el Vaticano haya algún avance en materia de prevención de la espinosa cuestión de los curas paidófilos, en vista de su cerrado conservadorismo.
El panorama en la Argentina es igualmente desalentador. ¿Qué se puede esperar de una Jerarquía que no sólo ignora la sexualidad de los religiosos sino que intenta impedir que los lacios aprendan acerca de la suya?: la Iglesia Argentina, y en esto está confortablemente alineada con su jefatura vaticana, se ha pronunciado en contra de la educaciòn sexual en la escuela. ¿Cómo esperar que sea obligatoria en los seminarios donde se forman adolescentes para la carrera sacerdotal?
La Iglesia Católica barre el sexo bajo la alfombra y con eso espera verlo desaparecer. Cree razonable la abstinencia y una abominación los preservativos para impedir la propagaciòn del SIDA. Decreta la abstinencia sexual antes del matrimonio y el celibato sacerdotal, pero la historia se sigue escribiendo sin bendiciones ni permisos y en su aspecto más sórdido en el confesionario o la sacristía.