El coronavirus ha infectado a más de 482.800 personas en 171 países. En España 4.000 personas han perdido la vida y más de 56.000 contrajeron COVID-19. Desde allá, Martín Caparrós reflexiona sobre la rara sensación de vivir aislados, entregados al miedo.
La preocupación no es solo de salud: las economías emergentes han resultado muy golpeadas por la crisis: la industria turística se desploma, los precios del petróleo siguen a la baja y los trabajadores informales e independientes sufren personalmente el costo de las cuarentenas.
En América Latina los casos aumentan con vertiginosa rapidez y la respuesta no ha sido tan veloz en todos los países Brasil, por ejemplo, podría estar arriesgando no solo la vida de sus ciudadanos sino también la maltrecha democracia del país, a decir de Gaspard Estrada, quien considera que Bolsonaro debe dejar de pretender que la pandemia no es otra cosa que “un resfriadito”.
Esta semana, un videorreportaje le tomaba el pulso a la calle de Ciudad de México. En el país, opina Ioan Grillo, serán los mexicanos quienes tendrán que mantener la unión, pero sin abrazos, para sortear el desafío sanitario.
— Elda Cantú, New York Times