Agencia Rodolfo Walsh
Cinco represores que ejercieron su poder sangriento durante la última dictadura militar fueron condenados en Italia a cadena perpetua por la desaparición y asesinato de tres ítalo-argentinos.
La II Corte del Tribunal Penal de Roma sentenció al ex capitán Alfredo Astiz, los capitanes de navío Jorge Eduardo Acosta y Raúl Vildoza, el contralmirante Antonio Vañek y el prefecto naval Héctor Antonio Febres.
Los cinco represores, que torturaban y asesinaban en el centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), estuvieron ausentes del proceso y, por lo tanto, fueron juzgados en rebeldía, como lo prevé la legislación italiana.
El veredicto fue anunciado en la sala de máxima seguridad de la cárcel de Rebibbia, donde se llevaron a cabo todas las audiencias del juicio, que comenzó en junio del año pasado.
Los oficiales argentinos fueron condenados por el homicidio premeditado de Angela María Aieta (madre del líder de la Juventud Peronista Dante Gullo), secuestrada el 5 de agosto de 1976; Giovanni Pegoraro y su hija, Susana, ambos secuestrados el 18 de junio de 1977. Todas las víctimas tenían nacionalidad italiana.
Tras la lectura de la sentencia estallaron los aplausos de unas 40 personas presentes, entre ellas la presidenta de las Abuelas de Playa de Mayo, Estela Carlotto, así como familiares de las víctimas y autoridades italianas.
“Se hizo justicia. Es un momento conmovedor, que me llena de satisfacción, pero no de alegría, porque evoca momentos muy tristes”, admitió Carlotto, según publicó la agencia AFP.
En representación del Estado italiano, que se constituyó parte civil en el juicio, asistieron el vice ministro de Relaciones Exteriores, Franco Danieli y el subsecretario para América Latina, Donato Di Santo.
“Seguiremos todos los pasos jurídicos para pedir la extradición de los condenados. Estamos totalmente de acuerdo con la política del gobierno argentino presidido por Néstor Kirchner de defensa de los derechos humanos”, declaró Di Santo.
Se trata del segundo proceso que se celebra en Roma por los desaparecidos italianos en Argentina. En el primero, que concluyó en 2000 tras varios años de audiencias y prórrogas, fueron condenados a cadena perpetua los ex generales Guillermo Suárez Mason y Omar Riveros, y a 24 años de reclusión cuatro suboficiales y un miembro de la Prefectura por la desaparición de ocho ítalo-argentinos.
El ex almirante Emilio Massera está involucrado personalmente en los hechos pero no puso ser juzgado por la justicia italiana debido a sus condiciones de salud. Un perito médico enviado a la Argentina certificó a inicios de marzo el estado de insanía mental del represor, lo que le impide afrontar un juicio penal.