Prensa Justicia Ya
Un nuevo juicio oral y “público” contra los genocidas ha comenzado en Buenos Aires. Es el cuarto de este tipo (oral, público y producto de la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida) que está a cargo del Tribunal Oral Federal Nº 5.
Apenas transcurrido el primer día de este juicio en el que se acusa a tres jefes de área por 15 víctimas, el TOF batió sus propias marcas y lo mismo hizo la fiscalía (responsable de representar al Estado, supuestamente, en defensa del pueblo). El TOF no hizo lugar a nuestros pedidos de: 1) dar real publicidad al juicio permitiendo la transmisión en directo por radio y televisión, 2) que las Madres y demás organismos de DDHH puedan usar sus símbolos históricos en las audiencias, 3) que se revoque la excarcelación de la que gozan dos de los acusados desde hace casi dos años y la prisión domiciliaria del tercero.
Pero lo más sorprendente y agraviante fue la actitud del fiscal Félix Crous, el mismo que en el juicio contra Von Wernich propuso absolverlo por el secuestro y el asesinato de una compañera ocurrido hace 32 años, ya que consideró que existían dudas de que estuviera desaparecida porque alguien declaró que otro le contó que un tercero la vio en la cola de un banco. El jueves pasado, el fiscal Crous se opuso enfáticamente a nuestra petición de que Comes, Mariani y Barda esperen la sentencia en cárcel común. Y lo hizo con el absurdo argumento de que desde que dichas prerrogativas se concedieron, nada nuevo había ocurrido que justifique su reconsideración.
El fiscal Crous desconoce –o, lo que sería más grave aún dado el cargo que ocupa, entiende que nada tiene que ver una cosa con otra– que desde entonces hasta ahora han ocurrido cosas tales como: estamos a menos de un mes de que se cumplan dos años del secuestro y desaparición de Jorge Julio López sin que haya ni un solo imputado por ese delito, fue asesinado Febrés, 50 genocidas permanecen prófugos de la justicia, Corres lo estuvo durante 23 días con la evidente complicidad de quienes debían custodiarlo, los testigos y abogados de estas causas siguen siendo amenazados…
Y aquí se entiende a fondo por qué el TOF 5 no permite que los juicios sean verdaderamente públicos, para que el pueblo no tenga oportunidad de conocer en profundidad lo que fue el genocidio.