Muchos se preguntan si los alimentos deben ser una preocupación en este contexto de coronavirus y la realidad es que no hay evidencia que demuestre que el COVID-19 sea transmitido por los alimentos o sus envases. En el procesamiento, elaboración, industrialización, fraccionamiento, almacenamiento y transporte, quienes realizan estas tareas rutinariamente deben cumplir los requisitos generales de higiene y aplicar las buenas prácticas de manufactura para evitar que los alimentos se contaminen con microorganismos, incluidos los virus.
Es importante que las empresas y establecimientos se mantengan muy rigurosos con este tema, sigan las recomendaciones del Ministerio de Salud y tomen las medidas necesarias para que no se permita a ninguna persona que presente síntomas (o a potenciales infectados) permanecer en la zona de manipulación u operación de alimentos.
Particularmente al momento de hacer las compras, la principal preocupación es el contagio a través del envase, ya que es lo que permanece más expuesto a la manipulación de las personas. Lo que se recomienda para estos casos es lavarse las manos al llegar a casa e inmediatamente después de manipular y retirar los empaques de los alimentos antes de guardarlos.
Algunos piensan que los productos frescos sin envolver, manipulados por otras personas, deben tratarse con agentes desinfectantes. Los vegetales frescos, no acondicionados para la venta, deben lavarse con abundante agua potable. No es necesario utilizar agentes desinfectantes cuyos residuos podrían contaminar el alimento y ser ingeridos junto con el alimento. En caso de que se realice esta práctica los vegetales deben lavarse primero con agua potable, luego sumergirlos en agua con 4 gotas de lavandina para desinfectar agua y enjuagarlos nuevamente.
Lo mismo sucede con la comida a domicilio. Al menos hasta hoy, no hay evidencia que demuestre que los alimentos para llevar o entregados por delivery aumenten el riesgo de enfermarse. No obstante, para minimizar el riesgo se recomienda transferir los alimentos de sus envases a un plato limpio para servirlos, descartar el empaque en una bolsa de basura y luego, lavarse bien las manos antes de comer. Esto es importante porque son una excelente alternativa que ayuda a mantener el distanciamiento social y así reducir el número de puntos de contacto, especialmente para los grupos de alto riesgo y personas de edad avanzada.
Lo mejor que puede hacer un consumidor (cualquier persona) es continuar aplicando las prácticas de higiene recomendadas para preparar y conservar sus alimentos y mantener la higiene en la cocina y en la heladera, incluso aún fuera de la pandemia de COVID-19.
Susana Fattori y María Claudia Degrossi, docentes de la carrera de Ingeniería Química del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA).