Por Débora Sayanes-Fabiana Arencibia — Red Eco
El deterioro que sufren los hospitales es un ejemplo elocuente de la grave crisis que atraviesa el sistema de salud pública en nuestro país.
El Álvarez, el Francés, el Clínicas y el Durán, son algunos de los hospitales porteños que muestran una misma geografía: problemas edilicios, tecnología obsoleta, pacientes en largas listas de espera para ser atendidos, insuficiente personal médico, técnico y de enfermería y precarización laboral de quienes se encuentran trabajando.
El Hospital Presidente Perón de la localidad bonaerense de Avellaneda se suma a este panorama. Según los vecinos del lugar, el nosocomio se encuentra en condiciones edilicias pésimas, falta personal profesional y no profesional y el servicio de Sala de Terapia Pediátrica que fue inaugurado, está fuera de funcionamiento y no hay personal en Oncología ni en Gastroenterología.
En tanto, trabajadores del Hospital Alvarez denuncian que “El presupuesto 2007 no contempla un peso más ni para salarios ni para insumos”.
La Defensoría del Pueblo de la Ciudad elaboró un informe que pone blanco sobre negro esta crisis: en el Hospital Fernández la lista de espera para cirugía cardiovascular es de 3 años, en el Santojanni es de 5 meses y en el Argerich hay 300 pacientes esperando turno para ser atendidos.
La situación laboral también se detalla en dicho documento: “”la mayoría del plantel existente se encuentra bajo un régimen laboral precario”; “el mayor inconveniente se relaciona con la carencia de personal médico, técnico y de enfermería, así como también con la precarización laboral de aquellos que se encuentran trabajando”.
Respecto al Clínicas, que depende de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, la crítica situación por la que transita fue denunciada por sus trabajadores en el marco de una huelga realizada, a fines del mes de noviembre, por los trabajadores profesionales y no médicos.
Para destrabar la crisis, el Secretario de Políticas Universitarias, Alberto Dibbern, el director del Hospital, Carlos Alonso, representantes de la Facultad de Medicina y la Asociación de Médicos del Hospital, APUBA y ATE, realizaron una reunión en el Ministerio de Educación en la cual acordaron ofrecer 7 millones de pesos para reforzar el presupuesto.
A pesar de ser rechazado por los trabajadores, por no solucionar en forma definitiva los problemas del hospital, el funcionario realizó una transferencia de 3 millones de pesos destinados a la compra de insumos.
Finalmente, el paro se levantó ya que el acuerdo alcanzado también establece poner en marcha una comisión de trabajo que definirá el presupuesto anual para 2007.
Cabe resaltar que la situación del Clínicas se relaciona con un grave problema institucional de la UBA: el agotamiento de las políticas de ajuste y congelamiento presupuestario para la Universidad. “En estas condiciones no sólo el Clínicas no puede seguir funcionando. Tampoco la UBA, cuyo presupuesto, que el Gobierno no va a incrementar en 2007, se destina casi íntegramente a bajos salarios. La Universidad de Buenos Aires se sostiene con el trabajo gratuito de miles de docentes, no dispone de becas para los estudiantes y cuenta con sedes ruinosas que no aprobarían una mínima inspección de condiciones de seguridad”, plantea la Asociación Gremial Docente de la UBA. Resulta paradójico que un hospital como el Clínicas haya llegado a semejante nivel de abandono. Sin embargo, esta situación se inscribe dentro de un marco en el cual avanza el plan de compras que realizan las obras sociales y prepagas, como así también, de los sucesivos vaciamientos, achicamientos y quiebres de varios hospitales y clínicas privadas.
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Informe de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad: Demoras en los servicios de cirugía de los hospitales porteños |