Alessio, quien oficiaba misas en la parroquia de San Cayetano en el barrio Altamira de la ciudad de Córdoba, había sido suspendido provisoriamente en sus funciones el año pasado cuando se negó al pedido de la Iglesia para que se retracte sobre sus expresiones públicas a favor del matrimonio igualitario, que entonces se debatía en el Congreso Nacional.
“No estoy sorprendido pero sí preocupado por la decisión que ha tomado la Iglesia de Córdoba sancionándome en un juicio sumarísimo, sólo por opinar distinto, cuando hay otros casos más graves como el de los sacerdotes que cometen delitos aberrantes y que ni siquiera han merecido una amonestación de sus obispos”, cuestionó.
Alessio afirmó que jamás discutió la doctrina del sacramento matrimonial y que cuando opinó públicamente lo hizo sobre una ley del Congreso Nacional “que se debatió en función de todos los ciudadanos argentinos y de los miembros de la Iglesia, por la tanto la sanción que me imponen no tiene fundamentos”.
“Se me quita el oficio, se me quita el trabajo, pero voy a seguir ejerciendo con quienes me lo pidan”, repitió el cura, que consideró “preocupante que (la sanción) vaya a contramano de todo lo que nosotros buscamos, que es una sociedad abierta y más democrática”.(Télam)