La Comunidad Homosexual Argentina (CHA) denunció que en la madrugada del domingo 28 sufrió un “ataque homofóbico” por parte de dos hombres que intentaron encender fuego con tablas y cartones apilados junto a los postigones de madera que cubren los ventanales de su sede La Boca.
Para el vicepresidente de la CHA, Marcelo Suntheim, agresiones como ésta demuestran que “la homofobia todavía subsiste y algunas personas continúan poniéndola en acto”.
“No es la primera vez que sufrimos un ataque homofóbico a nuestra sede”, dijo sobre la histórica casona de Tomás Liberti 1080.
El activista contó que en 2009, cuando el reclamo por el matrimonio igualitario ya había ganado un lugar en la opinión pública, “tiraron un balde con pintura sobre la puerta de entrada y con la misma pintura hicieron grafitis muy grandes en las casas vecinas, que decían putos, sabemos dónde viven”.
“Y antes de eso, en 2006, rompieron la puerta de la casa e intentaron robar pero los vecinos lo impidieron”, recordó.
Suntheim contó que el ataque registrado el pasado domingo se produjo hacia la 1:30 y segundos después de haber ingresado él a la casona, desde cuyo balcón observó el accionar de los agresores.
“Cuando llegué de regreso, había dos hombres en la vereda medio ocultos por los árboles. Yo ingresé rápido, subí a la planta alta y me asomé por el balcón, pero en ese interín ya habían encendido el fuego. Habían colocado maderas y cartón contra las ventanas de la sede y tiraron querosene para prenderlo”, contó.
“Cuando vi el resplandor, les grité asombrado y muy fuerte para despertar a los vecinos: ‘¿estás prendiendo fuego?’, a lo que uno me contestó ‘sí’. En esa respuesta se lee la deliberación del intento, que admitió sin ningún tipo de prurito”, agregó.
Suntheim contó que quienes intentaron prender fuego “no son personas que conozca” y que “no le dijeron nada” al cruzarlo en el ingreso al inmueble.
“Hacían como que estaban tomando algo en la vereda pero su intención no era otra que encender las ventanas cuando ingresara una persona en la sede, que había estado sola desde las seis de la tarde. Fue un claro intento de incendio que no pudieron consumar”, dijo.
Suntheim relató que los dos hombres se dieron a la fuga recién al escuchar que él estaba haciendo la denuncia al 911, con su teléfono, desde el balcón y mientras los seguía mirando.
Apenas se retiraron, Suntheim bajó para apagar él mismo el fuego y “cuando la policía llegó las maderas estaban todavía humeando”.
“La sede de la CHA es una casa antigua reciclada y cuando se remodeló se mantuvieron los postigones originales que son de madera. Por suerte no hubo un daño directo y sólo quedó algo chamuscada la pintura”, contó.
El activista explicó que “en las próximas horas” se radicará la denuncia judicial.
“Es muy simbólico porque es la más antigua del país y la más antigua de Latinoamérica, y no descartamos que esté relacionado con los avances sociales y legislativos, que sea una reacción al cupo trans que beneficia a un sector muy grande de la comunidad trans y no binaria”, dijo