Repudian que quiera explicarles “la cultura del trabajo” y amenace con despidos alguien que siempre vivió de rentas, e ignora el “compromiso y esfuerzo cotidiano de quienes sostuvieron “en pie la Educación Pública, aún frente al retiro del Estado de sus responsabilidades básicas”.
UTE (Unión de Trabajadores de la Educación)
Los trabajadores de la educación de la Ciudad de Buenos Aires lamentamos no sorprendernos ante las declaraciones del recientemente electo Jefe de Gobierno. Dos horas, luego de finalizado el comicio, le bastaron para abandonar el perfil “naif” de la campaña y decir lo que sus asesores de imagen le obligaban a callar. Por eso, no nos asombra que sus primeras declaraciones públicas amenacen con un ajuste en las cuentas de la Ciudad a costa de sus trabajadores. En definitiva, eso fue lo que hicieron sus aliados de PRO cuando ocuparon cargos de gobierno durante los años ’90 o López Murphi durante el gobierno de la Alianza. Los que dicen no querer mirar el pasado, vuelven a él, pero para repetirlo.
Concretamente, su alusión a la “cultura del trabajo” resulta doblemente agraviante para los trabajadores.
Por un lado, porque él representa la Argentina del desempleo, a la que contribuyó directamente despidiendo trabajadores de sus empresas. Por otro, porque él mismo registra un ausentismo del 90% en sus obligaciones como funcionario público en la Cámara de Diputados.
Sus agresiones a los docentes reflejan la verdad de su pensamiento, no la de los hechos.
Cuando se refiere a las licencias de maestros y profesores engloba capciosamente a las llamadas “licencias por mayor jerarquía presupuestaria”. Por ejemplo, un docente asume en forma interina un cargo de secretario. Su puesto de base es cubierto por otro maestro. Pero cada uno de ellos cobra salario sólo por el cargo en que está efectivamente trabajando. Dos cargos, dos personas, dos salarios. Igual en el caso de las tareas livianas o pasivas.
Para que quede claro: las únicas licencias en que alguien cobra un sueldo y no concurre a trabajar son los casos de enfermedad, maternidad o adopción, exámenes y muerte de familiar directo. ¿Cuál será su propuesta?: ¿eliminar las enfermedades, los nacimientos o la capacitación docente? En este punto podría consultar a su especialista en Educación Mariano Narodowski quien realizó, antes de trabajar para la Fundación Broda, una investigación sobre el ausentismo de los docentes. Sería ilustrativo que comente sus resultados ya que los mismos indican que los docentes observan un nivel de ausentismo inferior al promedio del empleo público en la Ciudad.
Desde la UTE, repudiamos enérgicamente que, quien, como él lo reconoció hace poco, siempre vivió de rentas, nos quiera explicar “la cultura del trabajo” a los docentes; que desde nuestro compromiso y esfuerzo cotidiano sostuvimos en pie la Educación Pública, aún frente al retiro del Estado de sus responsabilidades básicas.
Junto a nuestros alumnos, alumnas, madres, padres y toda la Comunidad Educativa, seguiremos defendiendo a la Educación Pública a pesar de los agravios, a pesar de las mentiras, a pesar de aquellos que quieren hacer del Estado un negocio más.