CONVOCAN A MOVILIZAR EL JUEVES 29 DE JUNIO A LAS 15 HS.
A LA PUERTA DEL INCAA (LIMA 319)
Los y las documentalistas reunidos en Asamblea Abierta expresaron nuevamente su preocupación por el futuro del cine nacional.
“La sub-ejecución, admitida por las gerencias responsables del INCAA ante los integrantes del Consejo Asesor –órgano de co-gobierno del Organismo– en su última reunión, tiene como consecuencia una parálisis que repercute en la producción de todo el cine nacional, documental y de ficción, en los puestos laborales y en la pérdida de acuerdos para co-producciones que ponen en riesgo la concreción de proyectos ya aprobados y en proceso.
La instrumentación, anticipada por Haiek a diferentes actores del sector audiovisual, de tercerizar los créditos a entidades financieras por fuera de la órbita del INCAA, agrava la situación del fomento a nuestro cine que, lejos de regirse por la dinámica de mercado, debe sostenerse como actividad cultural y como razón de estado, en tanto forma parte de nuestra identidad como país.
Suma al punto anterior la negativa por parte de la presidencia del INCAA a modificar el Nuevo Plan del Fomento de enero de 2017 en su excluyente sistema de antecedentes para realizadores y productores, mediante el no reconocimiento de obras anteriores, realizadas por dentro y fuera del INCAA pero estrenadas en salas comerciales y canales de televisión en todo el territorio nacional. Un injusto sistema de puntaje, pre-clasifica la capacidad para crear “productos” y no obras cinematográficas en una inexplicable jerarquización de producciones que garantizan audiencias medias y masivas, pero no prevé ninguna política de exhibición y distribución que lo haga posible. El plan de Fomento así diseñado se vuelve parte del plan de esta sub-ejecución y exclusión dentro de la política de fomento cinematográfico para minorías.
Tampoco se ha dado respuesta positiva al reclamo del sector de documentalistas de todo el país para la reglamentación de los comités de evaluación a propuestas de las asociaciones nacionales y la RAD Red Argentina de Documentalistas como una forma de garantizar la diversidad y el crecimiento de nuestra producción, que con comités democráticos y federales, se convirtió en los últimos años en el 50% del cine nacional producido.
Todo esto no sería posible sin la intervención de hecho realizada por el Ministerio de Cultura, intervención que vulnera la autarquía del INCAA establecida por ley.
Los despidos en el INCAA, además de incumplir las propias promesas dadas a los trabajadores por la nueva gestión, son un eslabón más en el plan de ajuste al sector, la consecuencia lógica de un proyecto para el cine nacional que implica reducir la cantidad de películas producidas. “Achicar la planta del INCAA es achicar el cine” sostienen los trabajadores del instituto y reafirmamos nosotros.
Como si fuera poco el inminente cierre de la sala CINE.AR Arte Cinema, a la vez, atenta contra otro de los puntos débiles de nuestra cinematografía: la exhibición. Lejos de cerrar las ahora llamadas Salas CINE.AR (ex Espacios INCAA), creemos que se trata de abrir nuevos y rediscutir los términos de la exhibición de cine nacional con una cuota de pantalla acorde a la producción actual y con incentivos para la distribución de cine nacional”.