El memorable Che Guevara vivió en este solar de la foto en el barrio de Palermo de la ciudad de Buenos Aires. El frente del edificio fue vandalizado al parecer en nombre de la “libertad”.
Un colaborativo vecino había dibujado, en la persiana del local hoy existente, la cara del Che fumando su tradicional habano y también la imagen de la vieja moto que utilizó en su viaje por Latinoamérica.
La cara del Che apareció irreconocible, tapada casi totalmente con pintura y a un costado la palabra “LIBERTAD”. Manos anónimas que destruyen lo realizado por otros y simultáneamente reivindican la libertad, tergiversando precisamente la importancia de dicha noción. Agresiva modalidad que parecen desplegar los vandálicos “libertarios” para expresar sus ideas.
El Che habitó, con sus padres y hermanos la casa situada en Aráoz 2180 esquina Mansilla, entre 1948 y 1953, mientras estudiaba medicina en la Universidad de Buenos Aires. Fue su último domicilio en Argentina. El 7 de julio de 1953 partió hacia Latinoamérica junto a su amigo Carlos Calica Ferrer.
Permanentemente, turistas de diversos países pasan por este lugar intentando, sin éxito, encontrar alguna referencia que atestigüe este dato histórico. A raíz de ello impulsamos la presentación, en tres ocasiones entre 2015 y 2017, de un proyecto ante la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires para la colocación de una placa recordatoria de Ernesto Guevara de la Serna, el Che.
El proyecto del 2015 fue presentado por l@s legisladores María Rachid y Pablo Ferreyra. El de 2016 por José Campagnoli. Y el de 2017 por Andrea Conde, José Campagnoli, Magdalena Tiesso y Claudio Heredia.
Los tres proyectos fueron derivados a la Comisión de Cultura de la Legislatura, presidida por Omar Ahmed Abboud, del Partido PRO, no lográndose siquiera el tratamiento de los mismos. Dicha Comisión estaba integrada por trece legisladores, siete de los cuales pertenecían al PRO y uno a la Coalición Cívica.
Los proyectos fueron perdiendo estado parlamentario en virtud de la sistemática negativa de las autoridades para ser tratado. Abboud es un militante del diálogo interreligioso en la ciudad y se autodefinió como un “luchador contra la ignorancia”, no obstante lo cual ignoró -con reiteración significativa- el elemental reconocimiento del lugar donde habitó el Che, un luchador internacionalista por el que se identifica a nuestro país en distintos lugares del mundo, incluso en un enorme mural en el hall del Banco Mundial en Washington.
A la par de desestimar la justa petición de recuerdo de un vecino ilustre que vivió en el barrio, la Comisión de la Legislatura sí se mostró diligente para tratar y aprobar distintos homenajes y reconocimientos, entre otros, a la Pastoral Universitaria, a la revista Bea “Budismo en Acción”, a la “Plazoleta arquitecto padre Andrés Bianchi”, a la Banda de pop rock británica “Coldplay”.
Los sectores conservadores son tenazmente consistentes en oponerse a visibilizar a personajes ya mundialmente reconocidos, como el Che Guevara, por su compromiso con las causas de la emancipación y de la igualdad social.
Ante el destrato recibido de parte de las autoridades de la Alianza Cambiemos, pudimos avanzar con los vecinos y con las organizaciones del barrio “Memoria Palermo” y “Palermo K” para la construcción y colocación de una baldosa de homenaje en la vereda. La misma se colocó el 17 de junio del 2017, con el siguiente texto: “En este solar vivió el Che Ernesto Guevara de la Serna. En conmemoración a su lucha por la transformación y la justicia social”.
Ese día, con la presencia de casi un centenar de personas, se llevó a cabo un emotivo acto en el cual hicieron uso de la palabra una vecina del Che de esos años, Mario Clavell, Juan Martín Guevara (el hermano del Che), Norberto Alayón, Diego Levy, Diego Sokolowicz y Taty Almeida.
La colocación de la baldosa reparó, en parte, la desidia y el desinterés de los legisladores de la alianza del PRO-Cambiemos en la ciudad de Buenos Aires. Cuando la ciudadanía elija otro perfil de representantes, que demuestren sintonía con el justo reconocimiento histórico de aquellos que lucharon en defensa de las mayorías populares, el Che Guevara podrá tener finalmente su merecido homenaje oficial, hoy negado.
Tal vez haya coincidencia temporal con los violentos llamados y reclamos por la “libertad” provenientes desde diversos sectores políticos. Así Javier Milei, que se autodefine como “libertario”, es el líder del partido político “La libertad avanza” y en su boleta electoral se consigna “Lista Viva la Libertad”.
Se presenta como impoluto crítico de los políticos (aunque fue asesor en el Congreso del ex general genocida Antonio Domingo Bussi) despotricando contra “la casta de mierda, chorra, parasitaria e inútil”. Ahora afirma que “no es descartable una fórmula con Patricia Bullrich (la ex ministra de Seguridad de Macri y presidenta actual del PRO) en 2023”. Y agrega “Tengo afinidades con ella. No es descartable por la afinidad ideológica que tenemos. Le valoro que va de frente y no miente”.
Este personaje extravagante, pero realmente peligroso, que sintoniza ideológicamente con el violento y ultraderechista ex futbolista de Paraguay (José Luis Chilavert) marcó un límite infranqueable con la social democracia y ni qué hablar con las expresiones nacionales y populares. Afirmó: “Del otro lado estamos los liberales, libertarios, la nueva derecha, los conservadores, el peronismo republicano, los menemistas y los halcones de Juntos. Esa es la línea divisoria”.
A su vez, Milei recibe elogios de la misma Bullrich: “Es joven, lleva a jóvenes. Yo tengo mucho más años en la política y me parece que es un buen gesto felicitarlo y alentarlo a que siga. Yo lo aprecio y le tengo simpatía”.
El “libertario” recoge también otros apoyos “ilustres”: por ejemplo, el destructor serial de la Nación, Mauricio Macri, expresó “Yo comparto las ideas que Milei defiende, empezando por el valor más importante, la libertad. Que no me adoctrinen, que me respeten”.
O bien del ex ministro de Economía de Carlos Menem y de Fernando de la Rúa (Domingo Cavallo), que tanto perjuicio le causó al país y que ahora parece resurgir, cuando dice: “Lo veo muy bien. Las ideas que pregona son las ideas correctas. Aunque él ataque a lo que llama casta política, en el Congreso de la Nación va a poder ayudar”.
Con el marcado tono agresivo que lo caracteriza, Milei se refirió a Horacio Rodríguez Larreta (dirigente del partido conservador PRO y Jefe de Gobierno de la CABA) en los siguientes términos: “¿Sabes qué, Larreta? Como el zurdo de mierda que sos, a un liberal no le podés ni lustrar los zapatos, sorete. Te puedo aplastar aún en silla de ruedas, a ver si lo entendés”. Y completó diciendo que Larreta es un “gusano asqueroso arrastrado, capaz de hacer cualquier cosa con tal de ganar una elección”.
Lamentablemente, siempre es necesario reparar en lo que dijera con certeza Adama Dieng, asesor de las Naciones Unidas: “Todos debemos recordar que los discursos de odio anteceden a los crímenes de odio”.
Si Javier Milei se expresó en esos términos sobre Rodríguez Larreta ¿qué pensará sobre el Che? La vandalización de su figura y la mención a la “libertad”, en una pintura que simplemente recordaba el lugar donde había vivido Ernesto Guevara de la Serna es, en sí, una denuncia de la falsa libertad que invocan los autoritarios.
(*) Ex Vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA)