Por Alfredo Roberti
“The sky is the limit” La frase, muy utilizada entre angloparlantes, en realidad no fija límites. El cielo –sky- (en sentido físico, no el Paraíso bíblico) es una ilusión óptica, no es un techo. El dicho se usa para denotar un optimismo desmesurado en que los objetivos que uno se propone obtener serán alcanzados y que cualquier obstáculo que se interponga en el camino será sorteado.
Esta parece ser la situación en el conflicto desatado por delegados de base de Metrovías, la empresa que administra el transporte subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires. Los delegados de los trabajadores resisten un acuerdo salarial firmado por la empresa con la Unión Tranviarios Automotor (UTA), a pesar de que fijan las pautas salariales posiblemente más altas del país para tareas que requieren escasa formación profesional. Por ejemplo, en ese convenio –que los delegados de base rechazan– un boletero ganaría $ 2.811 mensuales (en tanto un conductor percibiría $ 4.080) en ambos casos para una jornada laboral de seis horas
“A estas escalas salariales se le suman beneficios como la reducción a 8 de las 14 categorías que encuadraban al personal, un nuevo rango salarial para dichas escalas por una jornada de 6 horas, compensación adicional por antigüedad, mejores viáticos, tickets y la incorporación de sumas no remunerativas que se venían abonando por acuerdos anteriores” (Infobae 23/05/2007).
Ayer, en declaraciones televisivas, un dirigente de base –opuesto a la conducción de UTA– calificó de “buchones” o sea delatores, a los funcionarios de la empresa Metrovías y del Gobierno por revelar las escalas salariales, temiendo quizá la reacción de los sufridos usuarios de los subtes porteños.
¿Se tratara acaso de una lucha de poder en las internas del gremio? ¿Se sentirán los delegados compelidos a demostrar que pueden más que los burócratas para de esa manera no perder posiciones ante sus representados? Ayer los usuarios del subte viajan gratis y hoy también. Pero, los delegados de base no descartan un paro de actividades para la próxima semana..
La oposición entre bases y cúpulas sindicales también tuvo en la madrugada de hoy otra expresión: gremialistas del Sindicato Gastronómico –disconformes con la conducción según algunas versiones– cortaron un acceso a la ruta Panamericana provocando un caos vehicular pocas veces visto. La inciiativa marca por otra parte una novedad: trabajadores agremiados que utilizan métodos piqueteros. El piquete se inició con cortes de rutas por parte de desocupados que recurrían a una medida extrema –y en su momento peligrosa– para reclamar por las desesperantes condiciones de vida del sector.
La utilización de estos métodos de acción directa por parte de trabajadores sindicalizados provoca una gran crispación entre los ciudadanos, de a pie o motorizados, que se preguntan cuál es el límite.