Ayer, unos 130 agentes de la Guardia Urbana por turno vigilaron los puntos más problemáticos en el centro de la Ciudad y algunas zonas comerciales donde habitualmente se transgreden las normas de tránsito y por primera vez aplicaron sanciones desde el comienzo de sus actividades en junio de 2005.
Hasta ahora habían cumplido un rol pedagógico aconsejando a peatones, ciclistas y automovilistas, además de cubrir funciones de auxiliares de la Policía Federal, solicitando por handy su intervención en situaciones delictivas o sospechosas de derivar en delito. Desde ayer, están facultados para sancionar a los automovilistas que hablen por celular mientras conducen, pasen semáforos en rojo, doblen en forma indebida, no tengan puesto el cinturón de seguridad o conduzcan alcoholizados. También la de hacer cumplir a los repartidores los horarios de carga y descarga, y de respetar el lugar donde se realiza. Si bien seguirán llamando la atención a los transeúntes que no crucen por las sendas peatonales, a los ciclistas que no lleven puesto el casco o cometan infracciones de tránsito y a quienes hagan un uso inapropiado del espacio público —por ejemplo cuando esté ocupado por vendedores ambulantes o mesas de restaurantes— no están facultados para aplicarles sanciones, toda vez que están impedidos de solicitar documentos de identidad a los transgresores. Se limitarán en estos casos a informar a la autoridad de aplicación: la Policía Federal y los fiscales contravencionales.
Ayer, en el día inaugural de sus nuevas funciones, labraron 422 actas de infracción. La mayoría (94) a automovilistas que no usaban el cinturón de seguridad, 70 por giro indebido, 69 por estacionar en lugares prohibidos, 53 por violación de la luz roja y otro tanto por hablar por teléfono celular mientras se conduce. Quince colectiveros recibieron otras tantas multas por permitir el ascenso o descenso de pasajeros fuera de las paradas y a motociclistas que circulaban sin el caso puesto le confeccionaron 14 infracciones. Además, los agentes capitalinos también participan —desde anoche— de los controles ampliados de alcoholemia.
El operativo de los guardianes consistió en advertir primero a los conductores imprudentes, pero en la medida en que no cambiaban su actitud labraban la multa respectiva. El subsecretario de Seguridad Urbana del gobierno porteño, Manuel Izura dio por terminada con el operativo de ayer la primera etapa “la de las multas didácticas, la de la docencia y la de la concientización”, aclaró.
Cabe aclarar que las multas son procesadas en Carlos Pellegrini 411, adonde deben concurrir los infractores, o bien para admitir la falta, mediante el pago voluntario, o bien para discutirla ante un controlador. El año pasado, cerca de 2,1 millones de actas (75%), sobre un total de 2,8 millones realizadas por la Policía Federal, ni siquiera recibieron tratamiento, según un informe de la Auditoria General de la Ciudad.
El subsecretario de Seguridad Urbana también señaló que se agregarán cinco senderos más a los 20 senderos seguros en los que la Guardia Urbana actúa en otras de sus funciones: cuidando la circulación de escolares de 138 colegios. Con estas incorporaciones la cobertura se ampliará a 181 establecimientos.
En conjunto el cuerpo está integrado por 800 efectivos. No portan armas y se reparten en cinco turnos –tres durante la semana, dos los sábados y domingos– a razón de 160 por turno. Los límites de edad para pertenecer al cuerpo van de los 21 a los 35 años.
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