Macri designó, finalmente, al “Fino” Palacios como Jefe de la Policía Metropolitana. Es una evidente provocación y es consecuencia directa de los resultados de las elecciones, pero principalmente de cómo se leyeron esos resultados.
Kirchner perdió en la provincia de Buenos Aires, salió segundo. Es correcto. Y Macri ganó en la Ciudad de Buenos Aires porque salió primero. También es correcto. Sin embargo, los dos perdieron casi el mismo porcentual de votos en sus respectivos distritos comparados con la elección de 2007. Encima, si contamos el ballotage de la ciudad en 2007 la perdida de votos de Macri es aun superior y escandalosa: la mitad.
Ahora bien, Macri fue llevado a todos los programas políticos de TN desde el lunes hasta ayer como un ganador. Como el vencedor. Quien ganó en provincia fue De Narváez y no Macri aunque sean del mismo partido. El gobierno nacional sacó el mismo porcentaje en todo el país que Macri en la Ciudad. Los dos salieron primeros. En la ciudad –como los Kirchner en Nación- Macri no logró el quórum propio y se le vienen dos años realmente duros para gestionar sus políticas. En la Legislatura va a tener que “dialogar” con la oposición. Pero a él nadie se lo reclama. Ni TN, ni Clarín, ni La Nación, ni la vecina de mi cuadra. Pareciera que él no tiene el mandato popular de dialogar con nadie ni de consensuar con otros. Él tiene que gestionar. Y Cristina tiene que dialogar.
Así las cosas, Macri designa al Fino Palacios Jefe de Policía de la Ciudad. El no tiene que dialogar. Si lo haría, tendría que hablar con todo el arco opositor de la Ciudad, que de acuerdo a las últimas elecciones son 7 de cada 10 porteños (¿les suena estos números? los escuchamos toda la semana pero con otros destinatarios). Toda la oposición está en contra de la designación de Palacios, el lunes próximo a las 16 horas harán una conferencia de prensa en la Legislatura de la Ciudad, convocada por el legislador Juan Cabandié, en el salón Juan Perón (Viva Perón).
Pero además, por si algún dialoguista le interesa, a Palacios lo cuestiona Memoria Activa por encubrimiento comprobado en la investigación del atentado en la AMIA. Palacios también está involucrado judicialmente en el asesinato de 5 personas fallecidas como consecuencia de la brutal represión del 20 de diciembre de 2001 (piquetes y cacerolas, la lucha era una sola) en la Ciudad, Ciudad que ahora tiene la obligación de cuidar. Además, en el marco de las políticas de consenso que se vienen, Macri debería escuchar a su amigo y falso ingeniero Blumberg por la relación de Palacios con uno de los imputados del secuestro de Axel Blumberg. Y, aun más, debería explicarles a todos los ciudadanos de bien preocupados por la violencia en el fútbol, la turbia relación de Palacios con la barra brava de Boca mientras era jefe de seguridad de ese club, período en el cual el presidente era el actual Jefe de Gobierno.
La designación de Palacios es obscena. Es el trazado grueso de la derecha. Es la pornografía, lo burdo. Palacios es conocido como un represor franco y sincero, no da muchas vueltas. Es de esa gran porción de la Policía Federal, la vergüenza nacional, que le gusta pegar y le gusta decir que les gusta pegar.
Y es una clara provocación a toda la clase política de centro izquierda y principalmente al kirchnerismo. Al fino Palacios lo echo Néstor Kirchner en el año 2004 de la Policía Federal y se refugió en Boca, con Macri.
Mauricio, que es más Maurizio y Macri que nunca, esperó las elecciones para no pagar el costo electoral, y realiza esta designación ahora, con sólo el 30% de apoyo a su gestión, para dejarnos en claro que el diálogo y el consenso- esas palabras que sufrieron un genocidio en su contenido- no son el objeto de su política sino su mascara, que lo que hay detrás (y no me importa si la madre de Copani no conoce a Ricardo Forster) es la restauración conservadora y, agrego, represiva.
Maurizió tiró este cascote. Si pasa, no lo para nadie. Hay que devolvérselo o de lo contrario vamos a ir perdiendo todas las conquistas alcanzadas, no sólo conseguidas en los últimos 6 años sino en toda la democracia.
Riki (en hermanos-dios.blogspot.com)