El Gobierno de la Ciudad se plegó desde hace unas semanas a la propuesta nacional de ahorro energía. A tal efecto dispuso que en los edificios de la comuna los aparatos de aire acondicionado no bajen de 24 grados en tanto las luces, computadoras y otros artefactos sean efectivamente apagados al fin de cada jornada como así también las innecesarias de pasillos, despachos y salones.
En cuanto al reemplazo de las lámparas incandescentes por otras de bajo consumo, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público sostuvo que estas últimas contienen una carga de 5 mg de mercurio y también fósforo, y que ambos son agentes de distinto impacto contaminante y con efectos nocivos comprobados para la salud de las personas.
En ese sentido señalaron campañas de difusión realizadas en otros países para que la población sepa que debe abrir inmediatamente las ventanas de la habitación y salir de la misma sin respirar ante la rotura de una lámpara de bajo consumo que libera mercurio.
Según la fuente, “los estudios científicos demuestran que entre los efectos nocivos del mercurio para la salud están los trastornos neurológicos, en el aparato reproductivo, malformaciones varias y mal funcionamiento de los riñones”.
Debe aclararse, sin embargo, que las lámparas de bajo consumoincluyen una micro gota de mercurio, pero que se trata de una porción menor a la que contienen las pilas, los termómetros o la amalgama dental y por su reducido tamaño tienen cien veces menos mercurio que los tubos fluorescentes, con los que hemos convivido y seguimos usando.
Entre las medidas complementarias dispuestas por el GCBA figuran:
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Apagar las luces del obelisco a partir de las 23 hs.
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Apagar las luces de fuentes y monumentos a partir de las 23 hs., siempre y cuando el circuito de iluminación sea independiente al de la plaza en la que se encuentran y no genere problemas de seguridad.