MIENTRAS ORGANIZA EL 1ER. FESTIVAL DE CIRCO DE BUENOS AIRES
En 2003 el “Cirko de los Hermanos Trivenchi“ debió abandonar un galpón que ocupaba en Villa Crespo. El gobierno porteño le cedió otro en Caseros 1712. Allí se realizan funciones de circo a la gorra y talleres de diversas disciplinas. El actual Gobierno los echa, mientras que —paradójicamente— está organizando el 1er. Festival Internacional de Circo de Buenos Aires.
La Cooperativa de Trabajo Trivenchi presentó una acción de amparo para que se anule el Decreto por el cual se ordenó el desalojo de la sede de la cooperativa en Caseros 1712, en el barrio de Constitución.
Por otra parte, legisladores de los bloques Frente Para La Victoria, Coalición Cívica, Diálogo Por Buenos Aires, Nueva Izquierda, Igualdad Social y Nueva Democracia patrocinaron un proyecto de ley para otorgar a la Cooperativa de Trabajo Trivenchi Limitada “el permiso de uso a título precario y gratuito por el término de 20 (veinte) años del inmueble ubicado en la Avenida Caseros 1712/28”
En los fundamentos del proyecto se recuerda que el Cirko Trivenchi nació en el año 2000 como un espectáculo creado por un grupo de artistas itinerantes que decidió juntarse para salir adelante.
Luego de varios años de espectáculos callejeros e itinerantes, el Cirko decide conformarse en Cooperativa de trabajo.
Al constituirse la Cooperativa, en el año 2003 el Gobierno de la C.A.B.A. le otorga a la misma las llaves del inmueble de Avenida Caseros 1712/28 que actualmente es asiento de sus actividades, sin suscribir ningún tipo de convenio. Así es que se abre el Centro Cultural y Cooperativa de Trabajo Trivenchi.
El mismo es un espacio independiente y multicultural situado en el barrio de Constitución que hace más de ocho años sostiene con un trabajo independiente y autogestivo una búsqueda de crecimiento en el ámbito de la cultura popular.
Los numerosos talleres gratuitos que se dictan en el centro cultural ofrece la posibilidad de aprender allí diferentes disciplinas y vincularse socialmente con lenguajes y actividades artísticas que en muchos casos otorgan una salida laboral creativa y digna.
Sin embargo, el trabajo social no se agota puertas adentro, por el contrario, este grupo de militantes del arte y la cultura popular expandió sus actividades a cárceles, hospitales, villas, plazas y escuelas, dentro y fuera del país.
Se trata de un grupo de artistas jóvenes unidos para hacer frente a aspiraciones sociales y culturales que constituyeron una Cooperativa de Trabajo que lleva adelante el Centro Cultural. Han logrado mantener este espacio artístico abierto a lo largo de seis años de trayectoria realizando actividades culturales, eventos solidarios y espacios de reflexión abiertos a la comunidad, dirigidos principalmente a la integración social.
A partir de los conocimientos y la experiencia de cada uno de ellos, se organizaron y aprendieron a compartir, a intercambiar opiniones, a trabajar cada uno cumpliendo un rol dentro del grupo, respetando el trabajo del otro. Cultivaron entre ellos valores como la tolerancia, el trabajo en equipo, la solidaridad, la igualdad y la responsabilidad. Asimismo se capacitaron para mejorar lo que hacen, a nivel artístico y con relación al funcionamiento y administración de la cooperativa. Trabajan, además, en conjunto con otros grupos sociales.
“El objetivo de Trivenchi —sostienen los legisladores— es lograr la integración social a través del arte. Para eso tienen la intención de crear multi-espacios que tengan como fin desarrollar actividades abiertas a la comunidad de diferentes géneros artísticos. Tal objetivo, llevado adelante por la buena voluntad de lo que empezó siendo un reducido grupo y terminó siendo un centro cultural, merece indudablemente el incentivo estatal por su función destacable en la ampliación de las posibilidades culturales, artísticas, educacionales e incluso laborales que abre en nuestra ciudad”.