Lito Borello es el Coordinador Nacional de la Organización Social y Política Comedor “Los Pibes”, que nació en el barrio de La Boca y allí funciona desde hace 14 años. Esta entrevista se desarrolló en Suárez 421, sede de la organización.
L.B.: A fines del año pasado el gobierno porteño realizó aquí un intento de desalojo, como en tantos predios de La Boca, con el objetivo de desarrollar un negocio inmobiliario orientado a convertir al barrio en la continuación de Puerto Madero y el desembarco de empresas volcadas al turismo. El episodio puntal de la casa de “Los Pibes” se cerró el 5 de Junio con la adquisición definitiva del inmueble por parte de la Organización. El proyecto del gobierno que encabeza Mauricio Macri para el Barrio no se modificó en nada, porque es el compromiso asumido por el empresario con los grupos económicos de los cuales él mismo forma parte.
–¿Cómo describirías la política de Macri en La Boca?
L.B.: En general, Macri tiene una política muy coherente. Nosotros, a diferencia de los que lo critican por su ineficiencia y demás, creemos que tiene una claridad y una nitidez, en su recorrido de gestión, absolutamente fiel a lo que él expresa, que es el imaginario de una nueva derecha. En eso es muy coherente. A veces la sensación desde la memoria histórica del común de la sociedad es que es ineficiente porque algunas cosas se están cayendo o no las está haciendo. No es la intención de él. Él intenta llevar adelante una gestión modelo de un estilo, de una manera, del contenido de la nueva derecha, que es muy claro. Cuando nosotros hablamos de que la muerte de los seis chiquitos (en el incendio del ex banco de Suárez y Almirante Brown) no es una tragedia sino la expresión concreta de una política, es esto lo que estamos diciendo. Esto es parte de la política de Macri en vivienda social. Cuando comienza a utilizar a la UCEP (Unidad de Control del Espacio Público) bajo determinados preceptos, es coherente con lo que dijo en Rosario cuando manifestó que tomaba como modelo al Presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez. Utiliza una estructura paraestatal, paramilitar, para golpear, para desalojar. Decimos que es una empresa desalojadora; tiene un contenido de clase, una mirada empresarial de la gestión pública y tiene, obviamente, instrumentos del Estado para llevarlo adelante. Implementa con la UCEP una concepción política.
–¿Cómo ves la situación de La Boca en este momento?
L.B.: El barrio tiene un retroceso, también, que uno lo podría sintetizar en un dato que apareció estos días, que es el aumento de la mortandad infantil. Es tan gráfico el hecho de que el índice haya aumentado en el sur de la Ciudad mientras en la ciudad en su conjunto bajó, es tan emblemático (las cifras oficiales indican que cayó de 7,9 por mil, en 2007, a 7,3, pero en el sur de la Ciudad llegó al 11,9 por mil). Lo que disminuye es la posibilidad de que los pibes vivan. ¿Cómo encontrarle, en el marco de una país que crece y de una ciudad en la que el índice de mortandad infantil desciende, una explicación a que en la zona sur aumente? ¿Es un cataclismo? No, pasó la política de Macri, muy clara.
–¿Qué razones encuentra el Comedor Los Pibes para acompañar la candidatura de Francisco “Tito” Nenna?
L.B.: En principio, la razón es la participación política. ¿Qué razones hacen que una organización social adopte una actitud tan comprometida con el quehacer político? Esencialmente entendemos que la matriz de fondo, la raíz de cualquiera de nuestras problemáticas sociales, es política. Por lo tanto, es imposible imaginar saldar de fondo estos problemas si no nos metemos en cambios políticos, en cambios de fondo. En segundo término, ¿Por qué Tito Nenna? Porque es la mejor expresión de lo que consideramos un nuevo sujeto convertido en actor concreto y constructor de nuestro propio tiempo, de nuestra propia historia. Tito viene de la lucha social, de ser un dirigente de la Unión de Trabajadores de la Educación, de los docentes de la Ciudad de Buenos Aires. Pero además es un dirigente sindical de nuevo tipo, que no se queda en las lógicas corporativas del sindicalismo corrupto, sino que ha entendido en su tránsito de los últimos años la vinculación entre su rol en el sindicato docente y el rol protagónico que tiene en los barrios. Es un dirigente de los principales que tuvo la Multisectorial, el espacio comprometido por la lucha por las políticas públicas de la Ciudad en el último año y medio, y es, de alguna manera, un modelo de cómo entendemos las organizaciones sociales el camino hacia la disputa institucional. Creemos que, en la medida que el 28 logremos el ingreso de Tito en la Legislatura, de alguna manera también decimos “esta es la manera como los movimientos sociales entendemos que hay que ir por la disputa de lo institucional”. La disputa de esos espacios tiene que ir articulada, haciendo palanca en el movimiento de masas, y los compañeros que acceden a esos lugares institucionales tienen que entender que la fuerza no está en el espacio institucional que se conquistó, sino en que eso sea polea de transmisión para construir un proyecto político, entendiendo que el centro, la potencia, está en el pueblo organizado.
–¿Cuáles son las posibilidades de torcer el rumbo actual de la gestión de Macri y reemplazarlo por una política que tome en cuenta las verdaderas necesidades de la gente?
L.B.: La Boca sigue siendo un barrio con mucha historia, con mucho peso cultural, con una incidencia hacia los demás barrios de la Ciudad de Buenos Aires, pero La Boca también es el barrio donde el joven Macri eligió ser un dirigente exitoso de un equipo de fútbol popular. La Boca es, de alguna manera, el principio del fin, decimos nosotros. La demostración de que se puede vencer esta idea que trató de construirse, justamente, desde los que tienen el poder, de que los que tienen todo, todo lo pueden. Nosotros queremos demostrar que entre todos, todos juntos, podemos vencer a Goliat, y que aún con la asimetría que existe entre el bloque de poder y los sectores populares, desde la inteligencia del pueblo, unido y organizado, se le puede ganar. Si el 28 de Junio este ejemplo se constituye como tal, deja de ser una opinión, deja de ser un debate, y materializa una tendencia. La tendencia que dice: “Vamos por la Ciudad”. Vamos a reconquistar la Ciudad para ponerla en sintonía con el momento que vive la Argentina desde el 2003 en adelante, que se entronca con el conjunto de países que vienen construyendo una segunda posibilidad emancipadora en América Latina. Esta Ciudad también tiene que lograr ser un aporte concreto en este camino.