ES MUY FUERTE

Por Hugo Presman

Hay días que es difícil apreciar los colores de la realidad

Cuando el ánimo inclina el péndulo, el fiel de la balanza se desplaza y la nota se desequilibra. Tal vez ésta, es intencionadamente así.

Estos informes intentan, con suerte variada, no hacer una industria de la queja ni considerar como norma “que todo está mal”.

Descarto el uso del azúcar para confitar palabras ni edulcorantes para endulzar la realidad. Se valora, en el análisis, como principio rector, la relación de fuerzas. Es como un partido de fútbol: está lo que quiere hacer nuestro equipo y lo que puede, conforme lo que haga y deje hacer el equipo contrario. Muchos analistas proceden como el estereotipo del espectador: desde la tribuna todo es factible. Como contrapartida, desde la cancha, muchas veces se hace menos de lo que se puede y debe, bajando el techo de lo que se puede a las miserias de lo que se quiere, o al miedo razonable de intentarlo. Hay situaciones, abrevando en la realidad, demasiado fuertes

Es muy fuerte que un empleado soltero que gana más de $ 1835 debe tributar ganancias y que si un inversionista invierte $ 1.000.000 en un Banco, en un plazo fijo y gana, supongamos después de un año $ 60.000, no debe pagar un peso de ganancias.

¿Era necesario llegar a un muerto en Santa Cruz, para que ahora, en abril se aumente el mínimo no imponible? ¿Corresponde entonces el juicio político al presidente? Suena a ridículo, pero ese parámetro se usa en otro caso.

Es demasiado fuerte que se pueda comprar una fábrica en $ 40.000.000 de dólares y si la misma cotiza en bolsa la transferencia de acciones no tributa un peso.

Es muy fuerte que no haya una comisión técnica, con precisos lineamientos políticos estudiando un nuevo sistema impositivo

Es demasiado fuerte que sobre una masa de asalariados de 13.000.000 de personas 5,8 millones estén en blanco, 5,2 millones en negro y 2 millones desocupados.

Que desde el 2001, los 5,8 millones que están legalizados hayan actualizado sus haberes en un 8,7% sobre la inflación, mientras los informalizados se le haya deteriorado su poder adquisitivo en un 24% y los 300.000 empleados del estado nacional el poder adquisitivo del salario haya caído en un 28%.

Es demasiado fuerte, que desde el 2002, los desocupados perciban $150. Y que dichos planes se financien con préstamos internacionales. Reservas por 20.000.000 de dólares y la propuesta actual es un subsidio de $275,00 para una madre y cinco hijos.

Es muy fuerte que privatizadas y empresas muy rentables perciban, al mismo tiempo, millonarios subsidios.

Es muy fuerte que los jubilados estén archivados y congelados, como siempre, esperando la muerte, y la exclusión de los jóvenes y de los mayores de 40 años se haya naturalizado.

Es demasiado fuerte que los familiares de las víctimas de Cromañon se crean que solo hay justicia si la misma coincide con la sentencia que ellos han dictado, y se crean con derecho a agredir a los abogados del imputado, y además presionar a los testigos de la defensa.

Es demasiado fuerte, como los legisladores de la Capital, actúan con relación a los familiares de las víctimas, de la misma forma que los legisladores nacionales con Juan Carlos Blumberg en el 2004, con una enorme cobardía.

Es muy fuerte asistir a un juicio político viciado en su legalidad por fallas groseras de funcionamiento, capaz de absolver a Al Capone y condenar a la Madre Teresa, conforme den los votos. La responsabilidad de Ibarra debió ser juzgada en la justicia y no en un juicio político.

Es demasiado fuerte la cooptación de legisladores que ha realizado gobierno para reformar el Consejo de la Magistratura. Todos coinciden que el Consejo no funciona bien. ¿Pero es necesario cambiar la relación de fuerzas entre el oficialismo y la oposición? ¿Es conveniente para el mismo gobierno el permanente avance sobre los organismos de control? El argumento del costo del Consejo es una falacia y el otro, de cómo el gobierno que mejoró satisfactoriamente la Suprema Corte ahora iría en camino contrario de esa decisión fundamental de Kirchner, es equivalente a la que esgrime Julio Ramos, y en un principio Daniel Hadad y Mariano Grondona para defender al Padre Grassi: “Como alguien que realiza semejante obra social va a ser imputado de abusar de los menores a su cargo”

Es demasiado fuerte el grado de los errores perpetrados a ambos lado del Río Uruguay para que se haya llegado a este grado de conflicto que pone en serio peligro un MERCOSUR en crisis, apenas a tres meses de que Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay tuvieran una actitud excelente de oposición al ALCA en la Cumbre de Mar del Plata. ¿Casualidad o fragmentación inducida desde el ALCA y torpeza recíproca? ¿Es imposible acaso el desarrollo industrial con la protección del medio ambiente?

Es muy fuerte que los Fondos de Santa Cruz tardan tanto en llegar, que parece que los trae el recordado General Alais, cuya velocidad convertía a la tortuga en un animal velocísimo. Esos fondos que podrían ser utilizados en nuevos emprendimientos, creando trabajo en una provincia donde la ocupación tiene su origen en el Estado y el petróleo, este último con un horizonte acotado en el tiempo.

Es muy fuerte que la Ministra de Economía Felisa Miceli cuestione los índices que no le gustan. Sigue el camino de otros Ministros del área como Martínez de Hoz, que cuando el índice del costo de la vida crecía como consecuencia del aumento de la carne, diseñó un índice sin consumo de carne y problema resuelto.

Es muy fuerte que como consecuencia de la fuerte reactivación, Argentina consolide un país Belindia: millones viven como Bélgica y llenan los restaurantes, lugares de veraneo, teatros, cines adquieren departamentos de superlujo, ese 10% al margen de las crisis, acompañado por otro 40% que de la crisis sólo le queda un vivo recuerdo al lado de los que habitan la India y constituyen el otro 50%.

Es muy fuerte que mientras el país crece al 9% anual, la desigualdad entre los mayores y menores ingresos se agranda.

Es muy fuerte que no se intente cambiar la matriz de distribución de los noventa, ahora que ya no están presentes las eternas restricciones del FMI.

Es muy fuerte que se vacíen los pozos de petróleo, mientras engorda la rentabilidad de los balances de Repsol.

Es muy fuerte que en una situación internacional muy favorable y con posibilidad de permanencia en el tiempo, la Argentina la aproveche en dosis menos que homeopáticas, para cambiar la estructura productiva.

Es muy fuerte, que estando la situación mucho mejor que en el 2001/ 2002, de eso, de eso millones de argentinos no se han enterado.

Es muy fuerte, que en un país con implosión de su representación política, el gobierno de Néstor Kirchner cubra la totalidad del espectro político, quedando casi nada fuera de la órbita gubernamental. Como afirma Eduardo Aliverti: “La pregunta viene a ser qué hay por afuera de Kirchner……Porque según parece, o según es, no hay nada”

Es muy fuerte el crecimiento del Ministerio de Julio de Vido, abarcando cada vez más áreas, todas vitales, incluyendo cada vez más funcionarios, cuando surgen de ahí, precisamente, ruidos intensos de crítica a su eficiencia y transparencia. Hay cientos de otros muy fuertes, tan fuertes como los mencionados.

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