Leonardo da Vinci falleció el 2 de mayo de 1519, a los 67 años. Fue pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista. Sus creaciones se convirtieron en inspiración para las generaciones de investigadores, ingenieros, artistas, ente otros, que lo sucedieron
La Universidad Tecnológica Nacional Regional Buenos Aires conmemorará los 500 años de su fallecimiento el próximo jueves 2 de mayo, a las 18.30 hs., en el Aula Magna de la Facultad, Medrano 951.
El evento será retransmitido por streaming durante los actos que tendrán lugar en Florencia, Italia, en su homenaje.
El Dr. Ricardo Armentano, Director del Grupo de Investigación y Desarrollo en Bioingeniería (GIBIO), ofrecerá una charla magistral sobre la figura de da Vinci titulada “El bioingeniero que imaginó el futuro”
“Esta charla buscará empoderar la figura de Leonardo da Vinci, a 500 años de su muerte, con la intención de contagiar su imaginación y curiosidad, las cuales desarrollaron en él un inagotable afán por el conocimiento y el aprendizaje”, destacó el Dr. Armentano.
Para el investigador de la UTNBA, Leonardo exhibía talentos futurológicos que plasmaba en sus bocetos y diagramas, como el del planeador, helicóptero, aerodeslizador, submarino, entre otros. A sus contemporáneos les parecían disparatados sueños, utopías.
“Su legado más preciado no es ni los 21 cuadros ni los casi 100,000 dibujos y bocetos que dejó, sino una nueva forma de pensar y su capacidad para interconectar los diversos campos de conocimiento, prohijando el concepto de ‘interdisciplinariedad’, fundamental en la bioingeniería y en la ingeniería moderna”, destacó.
Hay una palabra que define su destreza: polímata —persona cuya sabiduría abarca conocimientos sobre campos diversos de la ciencia, arte y humanidades—, ya que fue pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista. El Renacimiento fue el tiempo en el que desarrolló su creatividad, que se expresa en el punto justo en que la humanidad pasó de la Edad Media a la Edad Moderna. Todos los cambios culturales que se estaban viviendo —donde la ciencia racional empezaba a destronar la hegemonía de la religión con inventos como la imprenta, la brújula y el telescopio galileano— quedan reflejados en sus obras, ya no sólo artísticas, sino también políticas y filosóficas.