La histórica gesta bautizada como el “Malón de la Paz”, en la que miembros del pueblo kolla caminaron desde Abra Pampa, en el extremo norte de Jujuy hasta Buenos Aires, para pedirle al entonces presidente Juan Domingo Perón por el respeto a sus derechos ancestrales sobre los territorios, fue recordada en la capital jujeña.
El 15 de mayo de ese año 173 kollas emprendieron el camino para pedirle a Perón que expropie los territorios usurpados por el Ingenio San Martín del Tabacal, en manos de Robustiano Patrón Costa, un hacendado que llegó a ser candidato a presidente por el “fraude patriótico”.
En 1916, como gobernador de Salta, Patrón Costa hizo extender el ferrocarril hasta Orán y pronto instaló allí el mayor ingenio azucarero de la región. A partir de allí los indígenas del lugar fueron considerados “ocupantes” y debieron pagar arriendo trabajando gratis seis meses por año en la cosecha.
En la ceremonia realizada el viernes 15 de mayo en la Plaza Belgrano se les rindió homenaje a los ocho maloneros que permanecen con vida y son el testimonio fiel de aquel acontecimiento, iniciado el 15 de mayo de 1946, que terminó con la restitución de campos que estaban siendo usurpados por terratenientes, marcando así la base de la necesidad de una reforma agraria en todo el país.
“Fue un miércoles 15 de mayo cuando emprendimos la marcha. En un principio caminábamos hasta 70 kilómetros por día y en algunos tramos éramos recibidos en las plazas de los pueblos, donde nos alojábamos para descansar unas horas”, relató Antolín Flores, al recordar la odisea que emprendieron en un principio 173 puneños.
Flores, miembro de la comunidad de Tinate, ubicada en el Departamento norteño de Cochinaca, agregó que al emprender la caminata tan sólo tenía 13 años y siendo uno de los más jóvenes decidió dejar de lado los miedos y acompañar a su padre, quien “venía luchando por la restitución de las tierras de las comunidades originarias de la puna”.
“La peor parte de la caminata fue a unos 65 kilómetros de Abra Pampa, en el paraje de los Colorados, donde el salitre del suelo no nos dejaba respirar. Esto y el frío que pasamos fueron las grandes adversidades que enfrentamos”, recordó al continuar con el relato de la odisea de 2.000 kilómetros que recorrieron en 80 días.
“Creemos que todas las comunidades tienen que ser los auténticos dueños de sus tierras, esa consigna que en su momento fue de resistencia hoy y siempre tiene que ser un derecho”, afirmó el malonero.
Modesta Valerio, hija del malonero fallecido Ernesto Valerio y nieta de Pantaleón Sajama, uno de líderes comuneros que encabezaron la marcha, contó a Télam que cuando era apenas una niña todos “sufrieron mucho por las tierras, porque eran muy perseguidos por los que se adueñaban ellas”.
“Lloraban porque perdían sus huertas, sus animales, sus haciendas, todo por arriendos que le cobraban injustamente”, recordó en referencia a lo que vivió la comunidad de Quera y Agua Caliente, también del departamento de Cochinoca.
“En aquel entonces, y hoy también, hay empresas que dicen que son dueños porque obtuvieron títulos, pero nosotros somos los dueños porque somos originarios de esas tierras”, agregó, y destacó que gracias a la gesta malonera las comunidades son herederas de sus terrenos.
Los maloneros homenajeados fueron Ciriaco Condori, Pedro y Antolín Flores, de la comunidad de Tinate; Zolano Buenaventura, del paraje Casabindo; Narciso López y Gerarda Gutiérrez, del pueblo Queta; y Carmen y Felipe Mamaní, del paraje Guadalapue de la Peña. Tito Jiménez y Eugenio Zárate, otros dos maloneros sobrevivientes, oriundos de la localidad de Oran, en Salta, no estuvieron presentes aunque también fueron recordados por ser protagonistas del “Malón de la Paz”. (Fuente Telam)