Alejandro Litta (Corporación Buenos Aires Sur)
El jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, dejó inauguradas hoy las obras de restauración y puesta en valor del edificio de la Logia Masónica Hijos del Trabajo, ubicado en San Antonio 814, del barrio de Barracas, que concretaron la Secretaría de Cultura de la Ciudad y la Corporación Buenos Aires Sur.
El arreglo del inmueble, una casona centenaria con valor histórico, cultural y arquitectónico por ser uno de los escenarios del transcurrir diario de Barracas y por su imagen generadora de identidad barrial, es parte del proyecto “Aquí Patrimonio”, instrumentado por la Subsecretaría de Patrimonio Cultural, dependiente de la Secretaría de Cultura porteña, y en el que la Corporación Buenos Aires Sur tiene una activa participación.
De la ceremonia participaron el Secretario de Cultura de la Ciudad, Gustavo López; la subsecretaria de Patrimonio Cultural, Silvia Fajre; el presidente de la Corporación Buenos Aires Sur, Enrique Rodríguez; la directora general de Patrimonio, María de las Nieves Incollá; el pro gran maestre de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones, Jorge Vesolovsky, representantes de entidades barriales y numerosos vecinos.
Luego de dejar inauguradas las obras, que permitieron al histórico edificio lucir como en sus mejores épocas, la Secretaría de Cultura otorgó certificados de agradecimiento por la colaboración prestada al titular del Centro de Gestión y Participación N° 3, Daniel Portas; a Gregorio Traub, presidente de la Junta de Estudios Históricos de Barracas; al profesor Juan Esteban Sercho, integrante de la logia; al ingeniero y pro gran maestre de la logia, Jorge Vesolovsky, y al presidente de la Corporación Buenos Aires Sur, Enrique Rodríguez.
La puesta en valor de este histórico edificio, un verdadero emblema para el barrio de Barracas, trajo aparejada la firma de un acuerdo del uso del inmueble, lo que permitirá que el mismo sea visitado y utilizado para diversas actividades por los vecinos, además de convertirlo en un verdadero atractivo turístico.
En los barrios de Barracas y la Boca, lugares de activa presencia masónica, se formaron las primeras agrupaciones gremiales, alentadas intelectualmente por logias que, en ocasiones, brindaban apoyo económico y espacio para reuniones clandestinas en esta zona donde proliferaban negocios, talleres, industrias y viviendas modestas levantadas por inmigrantes, en su mayoría italianos.
La Logia Masónica Hijos del Trabajo fue fundada el 14 de mayo de 1882, debiendo mudar su sede en varias oportunidades, siempre dentro de los límites del barrio de Barracas, para instalarse en forma definitiva en su sede actual de la calle San Antonio 814.
En junio de 1890 se consagró este Templo Masónico, siendo su arquitecto y constructor Francisco Cabot (hijo), mientras que los trabajos de pintura y decoración estuvieron a cargo de Francisco Prato y del francés Claudio Dive. La Logia compró un terreno con una casa chorizo existente y en la primera etapa construyó el templo en las habitaciones contiguas a la sala de recibo.
La Corporación Buenos Aires Sur quedó encargada de la restauración y puesta en valor del edificio, tanto en el interior como en el exterior, devolviéndole el estado original en cuanto a forma, color y diseño.
Se trata de un edificio de estructura portante de mampostería, con techos de bovedillas y cubiertas de chapa acanalada, presentando una fachada significativamente decorada y colorida, con revestimiento símil piedra cubierto por varias capas de pintura. El edificio responde a la tipología residencial de la “casa chorizo”, con un tratamiento de fachada adaptado a su uso como sede masónica.
Sobre un proyecto de la Dirección General de Patrimonio, se procedió a la intervención integral de la fachada, realizando la limpieza de la misma, restauración de ornamentos, carpinterías, puerta de acceso, ventanas y celosías; como asi también de las cubiertas de chapa y losa del Gran Salón y la Biblioteca Federico Garrigos.
Asimismo, se intervino la caja principal del Gran Salón, procediéndose a la consolidación de revoques existentes, tanto en muros como en cielorraso, reconstrucción del mismo y restauración de murales, ornamentos y reparación y pulido de pisos de madera.
Posteriormente y ante la necesidad de lograr la recuperación y puesta en valor de la totalidad del edificio, se procedió a realizar trabajos adicionales dentro de la primera etapa de obra, consistentes en trabajos localizados en Salón de Pasos Perdidos, en sector pasillo cubierto y medianera lindante a patio interno, como así también tareas puntuales sobre muro exterior del Gran Salón y Biblioteca.
La puesta en valor se completa finalmente en una segunda etapa de obra que involucra la restauración de postigones, puertas y ventanas de la totalidad del conjunto edilicio, interior y exterior de biblioteca y escalera metálica existente en el patio.