“La cáscara rota” en el Cine Gaumont

Un documental que revela el modelo perverso de esclavitud laboral de la mayor exportadora de huevos del país que terminó con la vida del niño Ezequiel Ferreyra, en 2010.

Numerosas familias de inmigrantes arribaron a la Argentina en busca de una mejor calidad de vida y fueron engañados por Nuestra Huella S.A para luego ser sometidos a las más aberrantes condiciones de explotación laboral.

“Tengo más de 26 años en la Justicia y nunca vi una situación tan inhumana en un lugar de trabajo” (Juan José Maraggi – Fiscal de la causa Nuestra Huella).

Pablo Sernani, abogado de los trabajadores la describe así: “La denuncia comienza con dos trabajadores que vienen al estudio y plantean un reclamo laboral por horas extras, por premios impagos porque trabajaban sábados y domingos, … y cuando empezamos a desmenuzar nos enteramos que había chicos que trabajaban de los 3 años en adelante, que trabajaban los 365 días del año, y tres mujeres que estaban reducidas a la servidumbre y no les pagaban. Entonces lo que hicimos, quizá fue una jugada audaz, dijimos esto no se arregla en el Ministerio de Trabajo, hay que hacer una denuncia penal” Fue entonces que se presentó un habeas corpus y el fiscal Maraggi de Campana hizo un allanamiento sorpresivo el 16 de abril del 2008. Ingresó al lugar con una delegación integrada por el Ministerio Público Fiscal, el Ministerio de Trabajo, el Ministerio de Menores y con el Sindicato Uatre (cuyo titular es el “Momo” Venegas, quien intentó disuadir al trabajador denunciante para que retirara la denuncia) y después de filmar las condiciones de explotación denunciadas dispuso el cierre del lugar

Esta empresa avícola de balances millonarios operó durante casi medio siglo con la connivencia del poder político y sindical en los alrededores de los principales barrios cerrados, a la vista de todos y a tan sólo 50 kilómetros de la Capital Federal. Pese a las denuncias realizadas por los mismos trabajadores, el caso tomó conocimiento público a raíz de la muerte de Ezequiel Ferreyra, un niño de solo 6 años que trabajaba y manipulaba agrotóxicos.Hoy los trabajadores organizados en la cooperativa, “Ezequiel Ferreyra”, luchan por alcanzar condiciones dignas de trabajo y un futuro mejor para sus hijos. Una historia de compañerismo que aún sigue vigente.

 

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