Vista del interior de la nueva planta que será gestionada por una cooperativa de cartoneros con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
La Ciudad de Buenos Aires pondrá hoy en funcionamiento simbólico una planta de separación de residuos secos en el Bajo Flores, “la primera en su tipo en la Argentina” según informó el ministro de Medio Ambiente de la Ciudad, Marcelo Vensentini.
Los materiales que llegarán a la planta provendrán de edificios de más de 20 pisos, escuelas y hospitales, hoteles de cuatro y cinco estrellas y de la zona de Puerto Madero, lugares éstos donde se realiza, por contrato, la separación entre residuos secos y húmedos. Desde hace un año y medio y hasta el presente los materiales eran entregados a la Cooperativa de cartoneros El Ceibo en el barrio de Retiro. Ahora, Cliba una de las empresas contratistas continuará abasteciendo a El Ceibo, en tanto las cuatro restantes llevarán los residuos secos separados en origen a la planta ubicada en Janner y Varela en el Bajo Flores, detrás de la cancha de San Lorenzo.
Los residuos secos serán transportados en camiones hasta la planta separadora y vertidos en una tolva que los transportará mediante una cinta sin fin. “Un mecanismo rompe las bolsas, los materiales de hierro son atraídos por un gran imán que posee la máquina recicladora y los operarios ubicados a amabos lados de la cinta separan cartones de botellas plásticas y de vidrio. Al final se clasifican plásticos, aluminio y demás”, explicó el ministro de Medio Ambiente, Marcelo Vensentini. Los materiales serán acopiados en el mismo galpón para su posterior comercialización.
La planta tiene capacidad para procesar diariamente cien toneladas de residuos y será el comienzo de una solución a largo plazo que debería terminar con el relleno sanitario en el conurbano bonaerense de las 4200 toneladas de basura que genera todos los días la Ciudad de Buenos Aires.
La puesta en marcha de la planta, la primera de cinco que tiene previstas la Ciudad, se concretará en el marco de la ley de Basura Cero que aprobó la Legislatura porteña en 2005 tras una iniciativa de Greenpeace.
La planta será operada por la Cooperativa Ecológica de Recicladores del Bajo Flores (Cerbaf) —integrada por 38 cartoneros de la zona Sur— asociada con el gobierno porteño. La instalación de la planta separadora demandó más de cinco años y una inversión superior al millón de pesos. El edificio ya existía y había tenido como destino la quema de residuos. Construído en la época de Cacciatore, nunca llegó a utilizarse al prohibirse la quema de basura en la Ciudad. La compra y la instalación de la maquinaria también estuvo a cargo del Gobierno porteño.
De acuerdo con el contrato del servicio de Higiene Urbana, cada una de las cinco empresas contratistas que hoy tienen adjudicadas otras tantas zonas de la Ciudad tendrán que construir un “centro verde” en su área de concesión similar al que se inaugura hoy. “Cliba va a construir el de El Ceibo, en Retiro, y Níttida hará otro en Villa Lugano, que será operado por la cooperativa Reciclando Sueños”, informó Vensentini.