PARA SU POSTERIOR PUESTA EN VALOR
Luego propone formular un llamado a concurso para “la puesta en valor y explotación” del espacio.
La Confitería Del Molino abrió sus puertas en 1821, en la esquina de las calles de las Torres y Somavilla y luego se mudó a Rivadavia y Rodríguez Peña
Su nombre se debe al primer molino harinero instalado en la Ciudad de Buenos Aires y en 1905 se trasladó a su actual ubicación, la esquina de Rivadavia y Callao, en momentos en que se construía la Plaza de los Dos Congresos.
Ocupó un edificio donde se levantaba una vivienda de dos pisos con negocio en la planta baja, perteneciente a Cayetano Brenna quien, posteriormente, encargó la construcción de la actual sede.
El nuevo edificio, inaugurado en 1917, fue proyectado y construido por el arquitecto italiano Francisco Tereso Gianotti e incluye también los tres subsuelos donde se producía y fabricaba la pastelería que luego se ofrecía a los comensales.
Los años posteriores, la confitería registró las visitas de los legisladores, pero también pasaron Oliverio Girondo, Roberto Arlt, Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi, Aníbal Troilo, Tita Merello, Carlos Gardel, Irineo Leguizamo, Alfredo Palacios, Olinda Bozán y Amado Nervo.
La Confitería Del Molino cerró sus puertas por vacaciones un 24 de enero de 1997 y, pese a reiterados intentos, no volvió a abrirse.
El proyecto de Macri ingresó el mismo día en que la Legislatura no trató la renovación de una ley que impide la demolición de edificios anteriores a 1941, que incluyen los de valor histórico, arquitectónico y cultural. (Télam)