Nota Editorial Revista La Urdimbre abril 2007
La onda expansiva de Neuquén llega a la Capital del país, donde el candidato de la derecha sostiene los mismos principios que su aliado, el Gobernador Sobisch. Salvo que pueda demostrar que lo suyo es sacarse fotos en la villa y saltar baches que la Ciudad no arregla.
La mala suerte de la derecha
Digan lo que quieran, lo que le pasó al Gobernador de Neuquén es un caso típico de la peor mala suerte imaginable.
Primero, el muerto es un maestro. No sólo eso: se había recibido a los 38 años, dos antes de la tragedia, trabajando como empleado administrativo del gremio de los albañiles. Buen tipo, bajo perfil, querido por la gente. La figura de Fuentealba se agrandará míticamente a la par que la de su verdugo, Sobisch, se diluirá en la cloaca de la Historia. Podía haber sido un piquetero convencional, mejor aún un incendiario de Quebracho, pero no, la mala suerte quiso que fuera Carlos Fuentealba, profesor de Física y Química en una escuela de chicos pobres.
Segundo: el asesino pudo haber sido un policía cualquiera, pero no, quiso la mala suerte que tuviera dos condenas por vejámenes y apremios ilegales que ¿inexplicablemente? aun permanecía en la Fuerza (apeló la condena de primera instancia y siguió delinquiendo).
Tercero: el asesino pertenecía al Grupo Especial de Operaciones Policiales (GEOP), un cuerpo de choque creado por Sobisch en flagrante violación a la Constitución provincial.
Talvez si Sobisch no hubiera creado el GEOP, al policía se lo hubiese exonerado o separado del cargo y el Gobernador dejara de creer que el derecho a la libre circulación está por encima del derecho a la vida –como piensan también sus compañeros de ruta de la derecha– no estaríamos hablando de un caso de mala suerte.
Dice Mario Wainfeld en Página 12 del 9 de abril acerca de Sobisch: “Lo que hizo lo hizo para seducir a la parte de la población que, tras su indignación por los recortes de las libertades camineras, revela cuanto no ha incorporado a su acervo político el valor supremo de la vida y pide toda la muerte que le sea posible pedir en público. Ellos sí que no olvidan y se muestran incapaces de dejar en el pasado guardias blancas, ligas patrióticas, tres A y dictaduras varias: en su obstinación y su apego al pasado, la derecha social y política de la Argentina es un mundo éticamente penoso.” www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-83018-2007-04-09.html
Propuesta de desmentidas de campaña
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Sobisch y Mauricio Macri no tienen y nunca han tenido planes electorales conjuntos, sólo ”conversaciones”. No es cierto que uno sería candidato a presidente y el otro a vice, según se revelara como medían ambos en las encuestas. Como éstas relegan al lider de PRO a un ignoto lugar en las presidenciales, la alianza electoral Sobisch-Macri no se concretó y –esto es un dato de la realidad y no una desmentida– Macri va por la Ciudad.
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Con respecto a su actuación en la Ciudad, Mauricio Macri no tuvo intervención alguna en el golpe institucional que derrocó a Ibarra. Miente Sara Bergenfeld, ex integrante del bloque de Compromiso para el Cambio en la Legislatura que dice haber sido echada por no acatar las órdenes de junior.
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Nunca afirmó el candidato de la derecha en la Ciudad: “Los cartoneros son unos delincuentes”; una izquierda enquistada en los medios lo escrachó fuera de contexto. Es una de las cosas que más le duele a Mauricio, a quien se lo pudo ver posando junto a una niña de la villa (podría ser hija, sobrina o hermana de algún recolector informal de residuos), muestra clara de la sensibilidad social del candidato.
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Tampoco intentó Macri criminalizar la protesta social cuando se discutía el Código de Convivencia Urbana de la Ciudad de Buenos Aires. O sea, nunca propició palo y palo con quienes cortan calles y rutas como en Neuquén, al menos no se le conoce pronunciamiento alguno para el caso de que los protagonistas fueran docentes. Cómo actuar con los piqueteros de paladar negro sería, en todo caso, otra cuestión.
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Mauricio no tiene nada que ver con la deuda del grupo Macri con el Estado Nacional, tras su retirada del Correo. Es más Mauri se distanció públicamente de papá Franco. ¿Cómo se lo puede acusar ahora de abandonar a un aliado (Sobisch) si Mauricio se despegó del hombre gracias a cuya fortuna está donde está? La firmeza de carácter del candidato es lo que debería ponerse de relieve y no hacer hincapié en un supuesto oportunismo político que no le hace asco a nada.
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El Presidente de Boca Juniors no tiene relación con el Rafa Dizeo, el encarcelado líder de la 12, por ello omite emitir opinión alguna.
Dudas
La Reserva Ecológica ocupa el equivalente a 300 manzanas. “Colonizada” por la Naturaleza a las puertas de la Ciudad, es un caso único en el mundo. En su anterior plataforma Mauricio Macri proponía privatizarla. La quería parquizar, con muelles para yates, restaurantes de lujo y courts de tennis. Un hombre del grupo lo intentó antes pero fracasó. Carlos Grosso –ex gerente de MANLIBA, la empresa del grupo Macri que recogía la basura en la Ciudad– al llegar a la Intendencia de Buenos Aires hizo poner en el bulevar de la Costanera Sur grandes carteles ilustrativos de cómo sería el club náutico que reemplazaría la desprolija obra de la Naturaleza.
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¿Habrá cambiado de idea el candidato de Compromiso para el Cambio acerca del destino de la Reserva Ecológica? ¿Percibirá que ahora el ambientalismo es un tema de primera plana? ¿Reconocerá que intentar acceder a la función pública para hacer negocios tiene límites?
Dicho sea de paso, Carlos Grosso “se olvidó” de renegociar el contrato de la Ciudad con su empleador y MANLIBA hizo un negocio redondo: la empresa CLIBA ofertó la mitad cuatro años después y ganó la licitación.
El viernes 30 de marzo el presidente de CPC iba a reunirse con vecinos de La Boca en Patricios y Arzobispo Espinosa, para presentar el programa del PRO ‘Buenos Aires te incluye’ que apunta a facilitar el desplazamiento de personas con dificultades motoras.
La lluvia torrencial impidió el encuentro. Hubiera sido una buena ocasión para preguntarle a Macri si, como parte del programa que facilitará el desplazamiento de personas con dificultades motoras, figura la apertura de las calles que el Club mantiene bloqueadas. Traslados más cortos entre los barrios de Boca y Barracas serían sin duda una bendición para personas que usan muletas, sillas de rueda o padecen los achaques propios de la edad avanzada.
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¿Desistirá Macri de la contienda judicial con el Gobierno de la Ciudad por esta cuestión? ¿O seguirá defendiendo los intereses privados de un Club de fútbol por sobre el beneficio comunitario como hizo con el terreno que usó durante años como playa de estacionamiento y que ahora forma parte del Parque de Especies Nativas sobre la calle Irala?
Conclusión
Quienes integran ese insólito 30% de preferencia electoral que le dan hoy las encuestas al candidato de CPC deberían reflexionar acerca de si quieren más armado de negocios privados fogoneados desde el Gobierno de la Ciudad, menos espacios públicos, más confrontación violenta con quienes protestan en la calle reclamando derechos elementales. Si piensan que tendrán una Ciudad mejor gestionada por el delfín de empresas exitosas deberían recordar que aquellas prosperaron a expensas del Estado (Nación, provincias, Ciudad) y sobre todo con la ayuda de Menem. A propósito, éste ya le trasmitió su apoyo al candidato y no va a cambiar de idea si lee esta nota. Ud., por favor, piense.