La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires modificó la ley N° 1854, de Basura Cero, en medio de fuertes polémicas y denuncias de aprietes oficiales a periodistas para que apoyen la incineración de residuos de la Ciudad.
El proceso conocido como de termovalorización consiste en la oxidación total de los residuos a altas temperaturas, en hornos específicos, que –afirma el comunicado de prensa de la Legislatura porteña– “reducen en un 90 por ciento el volumen de los desechos y cuyas cenizas pueden ser reutilizadas en la industria de la construcción. La tecnología deberá cumplir los estándares de eficiencia energética definidos por la Unión Europea. La norma propuesta también establece mecanismos para el control ciudadano de posibles contaminaciones”.
El proyecto fue aprobado con 36 votos afirmativos (los 34 de Vamos Juntos, más Sergio Abrevaya y Marcelo Depierro) y 22 negativos sin abstenciones.
El proyecto implica el cambio de metas de la Ley de Basura Cero. La ley establecía la reducción de un 30% para 2010, de un 50% para 2012, de un 75% para 2017 y la prohibición de la disposición final de materiales tanto reciclables como aprovechables para 2020. Estas cifras tomaban como base los niveles enviados a la Coordinación Ecológica área Metropolitana Sociedad del Estado (Ceamse) durante 2004, esto es, 1.497.656 toneladas. Con la reforma aprobada, el año base se corre a 2012, y se fijan nuevos objetivos de reducción: 50% para 2021, 65% para 2025 y 80% para 2030.
Retroceso ambiental
“Esta ley es un verdadero retroceso para la Ciudad. Es un proyecto que saben que la sociedad no lo avala. Por eso lo quieren votar a escondidas y de un día para el otro”, sentenció Patricio del Corro, legislador por el Frente de Izquierda, al debatirse el proyecto en el recinto.
Uno de los aspectos más preocupantes de este método es la liberación de dioxinas. Las dioxinas son químicos potencialmente cancerígenos y altamente contaminantes. Fueron utilizadas por EE.UU en su intervención militar en Vietnam. Hoy en día estos químicos siguen produciendo estragos en la salud de vietnamitas. Los expertos advierten que los hornos de incineración emiten estas dioxinas. Es conocido el caso de Canadá, donde una planta modelo de incineración de residuos debió cerrar uno de sus hornos, tras menos de un año de funcionamiento, por emitir 12 veces la cantidad mínima establecida de dioxinas. No menos grave es el hecho de que la naturaleza de la incineración produce como contraparte grandes cantidades de cenizas que tienen un destino incierto para su disposición final.
Según fuentes de Greenpeace, “vamos a contramano. Es cierto que Europa tiene plantas de este tipo. Pero, en enero de 2017, la Comisión Europea recomendó que los países que no tienen plantas no las construyan, y convocó a cerrar las existentes”. Del mismo modo advirtió que “la industria ve que les cierran las puertas en Europa, y miran a América Latina y Asia. Están haciendo punta en México, donde quieren instalar la planta incineradora más grande, y ahora en Buenos Aires, que es la entrada para que se replique en el resto del país”.
Quienes también se oponen al proyecto son los miembros de la CTEP, la organización que lidera Juan Grabois y que agrupa a los trabajadores informales. La rama de Cartoneros, carreros y recicladores agrupa a más de 5500 personas solamente en la Ciudad, a los que se suman los informales. “Se pierde el incentivo que tienen los gobiernos en separar los residuos si tienen un horno que quema todo“, habían señalado.
Revelaciones escandalosas
Se filtraron documentos del Gobierno porteño que habría utilizado fondos públicos para “influenciar” a periodistas y personalidades del sector, de modo de que mostraran una opinión favorable a la incineración.
La denuncia fue realizada el miércoles 2, en la propia Legislatura, por dirigentes políticos, sociales y diversas ONGs, quienes aportaron documentos confidenciales del Ejecutivo de la Ciudad. Entre ellos, se incluye una “lista negra” de “personajes escaneables”, en donde se detallan periodistas y dirigentes de ONGs, su inclinación al proyecto y las posibilidades para influir en sus opiniones, y en algunos casos sugiriendo coaccionarlos con pauta de publicidad oficial.
Ver detalles de los documentos filtrados que descubren manipulaciones e intentos de soborno a personalidades y periodistas en torno al tratamiento de la Ley de basura cero con la incorporación de la termovalorización de residuos en http://www.periodicodesdeboedo.com.ar/basura-el-tema-mas-propicio/