Por Gustavo López
Después de años de denunciar que faltan escuelas en el sur de la ciudad, que existe una política de vaciamiento del sistema público educativo y que esta política acentúa la desigualdad entre sectores de diferentes recursos económicos, el Gobierno porteño anunció la compra por licitación de 41 contenedores en reemplazo de las aulas faltantes por ineficiencia de gestión, condenando al calor en verano y al frío en invierno a miles de chicos de la ciudad, hacinándolos en contenedores en lugar de hacer escuelas.
Esta idea no es nueva. Tenemos que recordar que durante los 90, tomando el modelo Pinochetista, el gobierno de Menem planteaba la instalación de contenedores o aulas móviles para dar clases a los más pobres.
La lucha de los docentes, acompañada por buena parte de la ciudadanía lo impidió.
Pero 15 años más tarde, protegido por grandes medios que miran para otro lado, el macrismo lanzó una licitación pública para la instalación de estos depósitos de niños en lugar de aulas en escuelas.
Condenamos enérgicamente este intento, solicitamos que se vuelva atrás con esta idea discriminatoria y atentatoria de la igualdad en la educación y convocamos a movilizar conciencias para evitar que esto suceda.
Lo curioso del lenguaje es que se habla de contenedores, que lo único que contienen es desigualdad.