Los hechos de Castelar (Jueves 4 de septiembre de 2008) 

CONFLICTOS EN LA EX LINEA DEL FF. CC. SARMIENTO

Red Eco Alternativo

El jueves pasado volvió a ocurrir: el tren que cubre el trayecto que va desde la estación Moreno (zona oeste del conurbano bonaerense) hasta la estación Once (Capital Federal) se detuvo pasadas las 6 de la mañana por desperfectos en la estación Castelar.

La empresa Trenes de Buenos Aires (TBA – empresa concesionaria del servicio luego de la privatización) no informó a los pasajeros cuándo se reiniciaría el servicio.

A las 9 de la mañana, el tren continuaba detenido y la estación estaba repleta de gente. Mayoritariamente, trabajadores que viajan en tren porque les resulta el medio de transporte más económico, ya llegaban tarde a sus trabajos. Otra vez, debían justificar en la oficina, la empresa, o la fábrica que la causa de la demora fue “el maldito tren”. Muchos, tras más de tres horas de demora, ya sabían que se les descontaría el presentismo.

En un primer momento, los noticieros de televisión transmitían las declaraciones del vocero de TBA, Gustavo Gago, quien decía que la demora era de veinte minutos, a lo sumo media hora y que el servicio se reanudaría rápidamente. El mismo vocero había manifestado en otras oportunidades: “En la Argentina de hoy no se puede tolera una demora”.

A media mañana las cámaras de televisión llegaron a la estación Castelar. Los periodistas relataban la bronca de los pasajeros indignados por la demora y hasta “permitían” que alguno contara su experiencia. A partir de este relato se colaba, más allá de la intención de los grandes medios, el maltrato de la empresa a los usuarios: una mujer contó que esto sucede casi todos los días, un hombre dijo que la empresa no les había informado nada y que ya llevaban horas esperando, que en el trabajo no le van a creer que otra vez llegaba tarde por culpa del tren y que estaban cansados de que esto se repita.

Pasadas las 10 de la mañana y el amontonamiento en las vías y en el andén desbordaba la estación.

El hartazgo acumulado de meses y años de un pésimo servicio estalló: piedras y fuego contra los vagones.

Inmediatamente la cobertura mediática cambió: los pasajeros hartos se transformaron en violentos, activistas y grupo minúsculo que produce hechos vandálicos, caos y violencia. Los noticieros se olvidaron de la causa (el mal servicio de TBA) y focalizaron las palabras y las imágenes en “los desmanes”.

Creyeron además en la versión oficial que responsabilizó por “la violencia” a militantes del Partido Obrero, del MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores) y de Proyecto Sur (el partido político que integra el cineasta Pino Solanas que ese jueves estrenaba el documental “Próxima estación”, acerca de la privatización y destrucción del ferrocarril).

El discurso de los medios no fue, en este caso, original. Repitieron la fórmula que vienen desarrollando desde el 2001 hasta hoy: la criminalización de la protesta social. Si bien los medios apuestan a la omisión o invisibilidad de los protagonistas, acciones y reclamos que organizaciones sociales y políticas emprenden, esta lógica mediática se modifica cuando los sujetos sociales deciden colectiva y organizadamente emprender acciones que comprenden la ocupación del espacio público (movilizaciones, cortes de calle o ruta, toma de edificios, etc.). En estos casos, la cobertura es casi inmediata y la descalificación de la protesta social adquiere una fuerza mayor: solapadamente los medios adoptan un discurso que convoca a la judicialización de la protesta, justificando además la represión.

Los sucesos de Castelar cuentan hoy con una causa llevada por el Juez de Morón Juan Pablo Salas quien aseguró que no va a librar órdenes de captura. Hay 7 detenidos, seis acusados de robo y uno de arrojar piedras. No hay detenidos acusados por los incendios. En los videos que presentó el Ministerio del Interior como prueba, versiones del juzgado afirman que no se puede ver exactamente la situación en que se producen los incendios, especialmente el de la estación de Merlo.

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