Por Zula Lucero
El 16 de septiembre de 1976 en la Argentina, desaprecian a manos de la dictadura militar, diez estudiantes secundarios de entre 16 y 18 años, este hecho fue conocido como “La noche de los lápices” de aquellos jóvenes solo aparecieron con vida cuatro, el resto continúan desaparecidos. Ellos, pertenecían a la Unión Estudiantil Secundaria (UES) y llevaban adelante un reclamo por el boleto estudiantil, derogado por el gobierno de facto.
El 25 de Agosto, 13 escuelas secundarias de la Ciudad de Buenos Aires fueron tomadas por sus estudiantes, en reclamo por el recorte de las becas estudiantiles. El gobierno, encabezado por Mauricio Macri redujo al 50 por ciento de este beneficio. En aquella oportunidad el ministro de educación, Mariano Narodowski, afirmó que el sistema de becas “no es una política universal” y que deben ser percibidas solo por aquellos alumnos/as que se encuentren “en situación de vulnerabilidad”, negándose a negociar con los/las alumnos que toman los establecimientos. Unos días más tarde, la legislatura porteña con mayoría Macrista aprobaba la ampliación presupuestaria de 100 millones de pesos (23 millones de euros) para subsidiar la educación privada.
Más de 2.000 estudiantes se encuentran movilizados y en pie de lucha, a pesar del que el gobierno de la ciudad intenta identificar a los/las más activos. El sindicato docente de la ciudad comenzó un plan de lucha por mejoras salariales y en solidaridad con la lucha secundaria. Días antes al estallido del conflicto, Mauricio Macri y el ministro de educación, presentaron el proyecto Ciudad Educativa 2010, donde anunciaban que el idioma ingles será obligatorio en todas las escuelas públicas porteñas. Al respecto el psicoanalista y militante social Alfredo Grande escribió “…Si las espantosas carencias en educación, salud, vivienda pudieran ser mitigadas o eliminadas hablando en inglés, otro gallo cantaría (another chicken sing)”.
Pero no sólo los estudiantes secundarios están dispuestos a luchar por sus derechos. En el marco del anuncio presidencial de la cancelación de la deuda con el Club de Paris, el martes 2 de septiembre una masiva asamblea universitaria resolvió tomar las tres sedes de la Facultad de Ciencias Sociales, la Facultad de Filosofía y Letras, Ingeniería y la de Arquitectura, Diseño y Urbanismo entre otras medidas. Los estudiantes universitarios denuncian la reducción presupuestaria que afecta a la educación superior poniendo en riesgo la historia de educación publica y gratuita en nuestro país. En una carta abierta los estudiantes enumeran algunos de los motivos del reclamo: El recorte de designaciones docentes. La exigencia de un edifico único para la facultad de Sociales. La reducción del cupo de las prácticas -para estudiantes de medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA)- en hospitales públicos de la ciudad favoreciendo a las universidades privadas. Apoyo al reclamo de recomposición salarial para los docentes universitarios, rentas a los más de 18.000 docentes ad-honorem de la UBA.
Treinta y dos años después, sin importar quien este en el gobierno, la crisis de la educación pública se profundiza. Acrecentando la desigualdad entre quienes pueden pagar por educación privada, y quienes necesitan de la educación estatal para formarse.
Sin embargo el camino de lucha trazado por aquellos estudiantes detenidos/as desaparecidos/as se renueva hoy, en las escuelas y universidades tomadas, con estudiantes y docentes en las calles defendiendo la educación pública, gratuita y laica, dejando bien en claro que: los lápices siguen escribiendo.
Claudio de Acha (16 años); Horacio Ungaro (16 años); María Clara Ciocchini (17 años); María Claudia Falcone (16 años); Francisco López Muntaner (17 años); Daniel A. Racero (18 años). No olvidamos. No perdonamos. No nos reconciliamos. 30.000 compañeros y compañeras detenidos desaparecidos ¡PRESENTES¡ ¡AHORA Y SIEMPRE!