Por Agrupación Amigos del Subte
Juan Pablo Piccardo
|
Alberto Gowland
|
Federico Young
|
Pertenecer a una elite tiene sus privilegios: contactos, relaciones, círculo de amistades. El acceso a estos nichos excluyentes permite la inserción de sus integrantes a los ámbitos de poder político y económico.
Al parecer ya no es suficiente la sola educación para asegurar el ascenso social como pasaba a mediados del siglo pasado. No es por nada que las clases altas mandan sus hijos a colegios privados no sólo para brindarles educación de excelencia sino para que tengan amistades influyentes.
Los colegios de prestigio brindan una red de pertenencia que comparten valores y vínculos sociales para el futuro.
El colegio privado Cardenal Newman, de la zona norte, es uno de los tantos que cumple con estas expectativas. Su religiosidad y exclusividad lo transforma en la institución elegida de las clases altas. Por sus aulas pasaron los hijos de las familias más ricas de Buenos Aires: los Ayerza, Achával, Chevallier Boutell y García Hamilton. El nombre de Cardenal Newman está ligado al rugby.
Uno de los egresados más famosos es el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri. Cuando tuvo que elegir cuadros técnicos para ocupar el Directorio de SBASE (Subterráneos de Buenos Aires S.E.) no dudó en recurrir a su círculo de amistades del colegio. El escritor Juan Forn los definió con sarcasmo: “el Newman Boy es el equivalente masculino de lo que representan las modelos en el género femenino”.
El Directorio de la empresa que gestiona los subtes y maneja un presupuesto de más de $1000 millones está conformado por un presidente, un vicepresidente y cuatro directores. Por eso Macri nombró a tres Newman Boys para que ocupen los puestos más altos: Piccardo, Gowland y Young, el denominador común fue el nulo conocimiento en construcción de subterráneos.
En la presidencia designó a su compañero de promoción, Juan Pablo Piccardo, quién sobresalió en el rugby pero fue aplazado por la cervecera Isenbeck que lo echó por presunta estafa. La justicia lo investiga por la causa de la UCEP y por el árbol seco que cayó sobre una niña y le rompió la cabeza.
Al Dr. Alberto Gowland le tocó ocupar la vicepresidencia. Pasó por las filas del partido Recrear de López Murphy y luego se sumó al PRO. Participó de la condonación de la deuda millonaria a la empresa Alstom. Si bien se especializó en temas de familia recomendó a Macri para que firme el Acta del traspaso del control y fiscalización de los subtes.
Uno de los cargos de director titular lo ocupa el Dr. Federico Young, ex juez, amigo de Cecilia Pando y apologista de la dictadura. Integra la Asociación de Abogados para la Justicia y la Concordia, entidad que defiende a represores genocidas. Nadie sabe qué funciones cumple en SBASE. La semana pasada se las ingenió para asistir a una audiencia pública para defender a Roca sin haberse anotado en la lista de oradores y generando un gran escándalo.
Como puede apreciarse el jefe de gobierno privilegia la confianza antes que la idoneidad. Sin embargo vale la pena preguntarse: ¿éstos son los cuadros técnicos de los que hablaba Macri?, ¿por qué no designó a profesionales que conozcan del tema?, ¿es lo mismo construir subtes que fabricar cerveza?, ¿qué quedó de la eficiencia?
Mientras Macri insiste en una reunión previa con la presidenta Cristina Kirchner como condición necesaria para hacerse cargos de los subtes, los Newman Boys siguen manejando la empresa pública: endeudando a la Ciudad, gastando mucho y haciendo poco y derrochando recursos públicos en consultoras, viajes, publicidad y propaganda. El Cardenal Newman los cría y ellos se juntan.