El barrio de La Boca fue hasta la asunción del gobierno amarillo uno de los más emblemáticos de la historia política, económica y cultural de la ciudad de Buenos Aires. En 1871 tenía ya la misma fisonomía que conocimos hasta la primera década del segundo milenio: un barrio muy popular con sus contradicciones de pobreza, viviendas obreras, bellos edificios históricos, inseguridad, cantinas italianas y el teatro Caminito, esa colorida fisonomía que aprendieron a valorar turistas y locales.
Allí nació el primer cuartel de bomberos voluntarios del país, en 1884, para atender los frecuentes incendios de los conventillos; los dos clubes de fútbol más grandes de la Argentina fueron fundados por sus habitantes (River Plate y Boca Juniors). Desde allí se elevó a Alfredo Palacios como primer diputado socialista de América Latina en 1904. En 1907 fue epicentro de la larga “Huelga de las Escobas”, llamada así porque las mujeres y los niños portaban una escoba “para barrer la injusticia” de los alquileres de los conventillos. Aquel movimiento popular fue modelo de las luchas de la clase obrera contra el mercado inmobiliario que culminó en la creación de una Corporación de Propietarios y Arrendatarios a la que se le sumaron muchos anarquistas luego encarcelados o deportados. Hasta los años ’90 del siglo pasado se recomendaba en cualquier guía como el paradigma de un hábitat genuino muy difícil de encontrar en otras partes del mundo, por su diversidad social y cultural, por su historia viva, por esa rara belleza labrada por sus habitantes.
Todo esto está siendo arrasado por la especulación inmobiliaria en detrimento de los pobladores genuinos del barrio que sufren la amenaza con la que convive quien no nace en la abundancia: ser expulsado por la riqueza especulativa hacia ninguna parte.
La historia reciente
Durante la década del ’70 sufrió distintas políticas que afectaron el carácter industrial de algunas de sus zonas, dando inicio a un proceso de deterioro de las condiciones sociales y económicas de las familias del barrio. Un nuevo código de planeamiento restringió la instalación de actividades industriales y, simultáneamente, se promovió la creación de parques industriales en el área del Gran Buenos Aires. En 2006 la Legislatura de la Ciudad reconoció la grave crisis causada por estas políticas y sancionó la Ley N° 2.240 que declaró la Emergencia Urbanística y Ambiental en lo que hace a la vivienda, servicios, equipamiento, espacios verdes y de actividades productivas. A cien años de la Huelga de las Escobas, los habitantes de La Boca, haciendo honor a su historia, siguen luchando por el derecho a la vivienda adecuada y a un hábitat digno. Han impulsado y conquistado dos leyes de vanguardia a nivel nacional en materia de política habitacional y urbana.
Una de ellas es la Ley N° 341/2000, actualmente vigente, que creó el Programa de Autogestión para la Vivienda. Se trata de un programa de otorgamiento de créditos con garantía hipotecaria a familias individuales u organizadas colectivamente en cooperativas, asociaciones civiles o mutuales (operatoria colectiva para organizaciones sociales). La ley fue impulsada por el Movimiento de Ocupantes e Inquilinos (MOI), la Mutual de Desalojados de La Boca y el comedor Los Pibes. Desde que asumió la gestión del PRO en la ciudad se frenó la operatoria colectiva y no se otorgaron nuevos créditos para la compra de terrenos.
La otra es la Ley N° 2.240, que reniega de la construcción de grandes complejos habitacionales. En su lugar propone la adquisición por parte del Gobierno de la Ciudad (por expropiación o compra) de los abundantes inmuebles ociosos existentes para construir en ellos pequeños edificios diseminados por todo el barrio e integrados a la trama urbana. Y propone que los grandes predios libres sean destinados a crear nuevos parques públicos. Por ejemplo, ese es el destino que establece la ley para los predios de la ciudad conocidos como Casa Amarilla. Una de las primeras medidas del por entonces Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, fue disolver la Unidad Ejecutora del Programa de Recuperación Urbanística y Ambiental de La Boca y, en consecuencia, frenar cada uno de los mandatos y derechos establecidos por esta ley.
La gestión del PRO paralizó las dos leyes que establecían políticas populares de acceso a una vivienda y que estaban orientadas a garantizar que los habitantes de La Boca alcanzasen una solución habitacional sin resultar expulsados a otros territorios.
(Fuente: https://www.elcohetealaluna.com/macri-esta-haciendo-desaparecer-la-boca/)
Por Gabriela Massuh y Jonatan Baldiviezo