Este miércoles, el dibujante Joaquín Salvador Lavado (Quino), fue homenajeado con un mural que tiene como protagonista a la popular Mafalda. El autor de la tira que hizo las delicias del público durante una década y no pierde actualidad, asistió a una ceremonia en el túnel que conecta las estaciones Perú de la línea A y Catedral de la línea D del subterráneo de Buenos Aires, en una de cuyas paredes quedó emplazado el mural.
Patrocinada por Metrovías, la obra reproduce una de las tantas tiras que Quino dibujó y escribió. En ella Mafalda comenta: “Mirá, esto es el mundo, ¿ves? ¿Sabés por qué es lindo este mundo? ¿eh? Porque es una maqueta” -en alusión a la imagen del mapamundi que tiene frente a sus ojos- y para rematar con un: “íel original es un desastre!”.
El mural lleva por título “El mundo según Mafalda”; mide más de 15 metros de largo y un metro y medio de alto. La realización de la obra estuvo a cargo de un grupo de ceramistas: Teodolina García Cabo, Eugenia Castillo, María Garrigo, Graciela González, Carlos Jordán y Stella Maris Laboret.
Otros homenajes
En 2007, la Legislatura porteña homenajeó a Quino con el título de Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Por otra parte el humorista y dibujante Caloi sugirió que se imponga como hito de la Ciudad a “la casa donde vivió Mafalda”. La iniciativa tuvo eco y fue finalmente plasmada en un proyecto de ley: por tratarse de una casa de departamentos –sita en Chile 371– en cuyo piso 10 vivió Lavado, el homenaje adquirió la forma de una placa recordatoria con la leyenda “Aquí se sentó Mafalda” a colocarse en el frente del edificio. Aprobada en la última sesión especial del 2006 de la Legislatura porteña, la ley nunca se cumplió. Dos años después la placa aun no ha sido colocada.
La proximidad del subte con esa vivienda que ocupaba Lavado dió pie a que en la ceremonia inaugural del mural en el túnel que interconecta las dos estaciones arriba citadas, comentara que por allí pasaba cuando viajaba para llevar las tiras al diario El Mundo. “Bajaba corriendo todos los días las escaleras y tomaba el subte con la tirita de Mafalda en la mano. Subía las escaleras y llegaba al diario con la lengua afuera y entregaba mi tira diaria. Así durante casi tres años“.